Ingresó por accidente a un mundo al cual no pertenecía. Quedó maravillada con todo lo que pudo ver y conocer ahí, pero no podía quedarse por mucho tiempo... Se estaba volviendo parte de él, olvidando todo lo que había vivido en el suyo. ¿Podrá regre...
- Eso es correcto - me respondió, mostrándome una ligera sonrisa en aquel frío rostro suyo
En los pocos capítulos que ví, él jamás había sonreído; así que decidí guardar esta escena en mi memoria como un nuevo descubrimiento.
- Pe-Pero no entiendo... ¿Por qué alguien como usted trajo a su hogar a alguien como yo?
Quería encontrar las respuestas a mi pregunta, tratando de no sonar descortés en ningún momento.
- Verás... - abrió la puerta principal, revelándome el interior de su hogar. Era muy grande, pero no pude observarlo a mayor detalle, puesto que el mayor se adentró al interior de la habitación de la mano derecha. Lo seguí, apresurando mis pasos para no quedarme atrás. Lo que se encontraba en esta sección de la mansión era una inmensa sala-comedor. Y ahí nos detuvimos, en frente de la hermosa pintura familiar que colgaba encima de la chimenea - Sé que sonará extraño, pero me recuerdas a mi esposa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Es muy hermosa...
- Señor - volteé a verlo, temiendo entristecerlo con lo que iba a decir, pero en verdad quería saber más sobre ella - Ella...
- Sí, hace unos cuantos meses - trató de mantener su postura firme, a pesar de la herida que puede que se la haya abierto por mi curiosidad
- Oh... L-Lo siento mucho... - bajé la mirada. Me sentí culpable - S-Su aura era encantadora. Seguramente, fue una grandiosa madre y esposa
¡Por favor, ya cállate, Elizabeth!
- Sí que lo fue... - ¡volvió a sonreír! Con ligereza, pero sonrisa es sonrisa - ¿Sabes algo? Tus ojos son iguales a los de ella... Tan grandes como la luna, un poco alargadas como las nubes, pero brillantes y llenas de vida, al igual que las estrellas
- ¿Qué? - no pude evitar sorprenderme y mi mirada se quedó impregnada en la pintura
- Supongo que fue por eso que me llamaste la atención... de una buena manera, claro
Ambos notamos cómo el ambiente se oscureció de pronto.
- Se hace tarde... - el mayor miró su reloj de muñeca, con preocupación - Mejor iré directo al grano, quisiera hacer un trato contigo, uno de beneficio mutuo. Te daré los detalles más adelante. Mientras tanto, ve a elegir el cuarto que más te guste y luego, me avisas para presentarte a mi hijo, a mi asistente y a mi guardaespaldas como es debido. ¿Te parece?
- N-No lo sé... - dí un paso hacia atrás, temerosa y confundida. Y supongo que había sonado muy directa y sincera debido a mis emociones
- Supiste mi nombre sin que te lo dijera, así que más o menos debes estar enterada de cómo trabajo y puedes creer en mí cuando te digo que lo que te voy a proponer te beneficiará más a ti que a mí. Ahora, soy como tu mejor carta en esta ciudad que aseguras no conocer
