same damn hunger ¦myg+jhs¦

[ f i v e ]

[ahora]

Está ocurriendo otra vez.

Esta es la sexta vez, así que Yoongi no está tan sorprendido. De hecho, lo estaba esperando desde el momento en que Hoseok entró por la puerta.

Como regla general, Yoongi odia las fiestas. Él hace todo lo posible para evitarlas. Pero esta fiesta en particular es dirigida por Namjoon, quien prometió que sería "una pequeña reunión" con "bebidas fuertes y probablemente algo de hierba, no sé, Tae usualmente trae un par de porros" y "conocerás, como, a todos allí, hyung, y si te sientes incómodo siempre puedes relajarte en mi habitación si quieres, no me importa". Sintiendo la vacilación de Yoongi, finalmente agregó, "Puedes controlar la lista de reproducción".

Entonces Yoongi vino. Incluso se mezcló con el resto por un tiempo, después de su primera bebida.

Ahora está agradablemente borracho, lo suficientemente intoxicado como para sentirse cálido, suave y torpe, pero no lo suficientemente borracho como para sentirse mareado o triste. Está sentado en el mostrador de la cocina, con un vaso a su izquierda y un par de mitades de lima pegajosas a la derecha, ya exprimidas, y la música es buena y grave, y la cocina de Namjoon está vacía, pero el aire está lleno del zumbido de sonidos de conversación felices provenientes de la sala de estar, y Yoongi en realidad se siente bastante bien.

Cierra los ojos y chupa una lima.

Hoseok apareció hace una hora. (Yoongi no estaba buscándolo, simplemente se dio cuenta). Hoseok entró al departamento de Namjoon con la piel enrojecida por el calor de junio y el pelo pegado a la frente. Esta tarde había dicho, probablemente me salte esta noche, estoy tan agotado. Me estoy convirtiendo en ti, viejo.

Parece que decidió soltarse.

Yoongi lo vislumbró entre la multitud un par de veces, pero Hoseok siempre estaba en una profunda conversación con otra persona. Así es Hoseok: sabe cómo hablar con la gente, sabe cómo hacer amigos rápidamente y mantener conversaciones y reírse en los momentos adecuados. Él es mágico en las fiestas. Su presencia hace que hasta las noches más mundanas sean divertidas, emocionantes e hilarantes.

Algún tiempo después de la segunda bebida de Yoongi, el aire en la sala de estar se volvió demasiado sofocante. Demasiado calor, demasiado fuerte. Entonces ahora se está semi-escondiendo en la cocina, tomando pequeños sorbos de JD y chupando una lima. El whisky sour del hombre pobre.

Estuvo allí solo durante unos cinco minutos antes de que entrara Hoseok. Sonríe en cuanto ve a Yoongi. Una lenta, borracha y apreciativa sonrisa.

Yoongi se estremece.

"Oye, tú", dice Hoseok, y se para frente a él. Hoseok está usando jeans viejos y una camiseta negra. No hay ninguna razón para que se vea tan bien.

"Hola", dice Yoongi. "¿Por qué no estás ahí afuera?"

Hoseok se encoge de hombros. "Necesitaba algo de aire. U otra bebida. Aparte, tú estás aquí".

"¿Estás borracho?"

"Un poco mareado. Tae trajo un porro".

"Pequeña mierda", dice Yoongi. "No pude encontrarlo en ningún lado".

"Lo último que vi fue que iba a liarse con Jimin en el baño". Hoseok mueve sus cejas. "Creo que son como, oficialmente, algo".

Yoongi resopla. "A Tae le gustan lindos".

"A Jimin también, al parecer".

Están callados por un momento. Es el tipo de silencio que sientes más que escuchas, como los momentos justo antes de que el cielo se abra con la lluvia o cuando tu canción favorita hace una pausa justo antes del estribillo; el tipo de silencio que retumba con anticipación, de algo no dicho, pero mutuamente conocido. Hoseok tiene las mejillas sonrojadas y sus ojos oscuros están mirando la cara de Yoongi, con una sonrisa todavía en las comisuras de su boca, y Yoongi está demasiado borracho y a la vez no está lo suficientemente borracho como para esto.