Boys love ; [gazete]

[03/1].Twich

Había pasado una semana.
Gaz y Pete habían olvidado aquel incidente en la casa de Gaz, a pesar de que cada vez que se reunían con Eugene este hacía bromas sobre lo que pasó aquel día.

Los chicos se encontraban en la casa de Gaz, nuevamente uno de ellos sobre la cama, este era Pete.
—Voy a empezar a hacer el directo, ni se te ocurra decir tonterías homosexuales Pete.—Dijo Gaz, quien miraba seriamente a su amigo, con las piernas cruzadas y los brazos apoyados sobre su cómoda silla negra de ordenador.
Pete sonrió dándole la traquilidad a Gaz de que no diría ninguna tontería, ya que el fandom del YouTuber estaba revolucionado con la idea de que tal vez Gaz y Pete tenían una relación más allá de la amistad.

Gaz comenzó el directo, al cual se unieron doscientos usuarios de Twitch. Las donaciones corrían como normalmente y Gaz jugaba con Guille a Fortnite. Cuando de repente, Elyshuri añadió un comentario al directo en el que decía "Por cada vez que perdáis, tendréis que beber un vaso de jinebra. Vamos Gaz, que sé que tienes una botellita en tu casa. XD"
Gaz leyó el comentario en voz alta, al principio le parecía una idea horrorosa, ya que Gaz no había vuelto a beber desde lo pasado con Pete.
Los usuarios comenzaron a persuadir a Gaz para que hiciera lo que añadió la pelirrosa, así que al final, él y Guille accedieron.
Pete miraba la pantalla del ordenador desde la cama de Gaz, con las mejillas rojas al imaginarse lo que podría pasar si su amigo volvía a beber. No quería pensar que deseaba a su amigo, sin embargo su cuerpo lo deseaba, quería sentir a Gaz entre sus brazos y no justamente como un abrazo de buenos amigos.
Gaz se giró hacia Pete, justo cuando había acabado de rellenar el vaso de aquella bebida alcohólica. Le sonrió y Pete se puso aún más nervioso, lo que hizo que se agarrara de las sábanas blancas del YouTube y se mordiera el labio inferior.
Su sonrojo no era notable gracias a la poca iluminación de la habitación, ya era de noche y lo único que le daba visibilidad era las luces led del ordenador de Gaz.

Los minutos transcurrieron y Gaz no pudo evitar perder en aquel juego que tan famoso se había hecho para todo el país.
Hasta que al final, Pete se dio cuenta de que el alcohol se había subido a la cabeza de su amigo y comenzaba a decir cosas sin sentido.
—Gaz... Creo que deberías parar.