capitulo 7

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Falta menos de un mes para nuestro cumpleaños, menos de un mes para que la maldición se complete, y menos de un mes para encontrar a mi mate. Menos de un mes para que la vida buena se acabe. Y el sufrimiento comience.

—y así completamos el material para este mes, no olviden que tienen examen y redacción que entregar, quien me deba tarea, entreguela ahorita.

Sonó el timbre, pero estaba tan sumida en mis pensamientos, que Tami tuvó que tocarme para salir de la burbuja. Le sonreí y cerré los libros, tome la mochila y salí del salón. Tenía la hora libre, y Tami tenía que acompañar a su padre, ya que su hermano no podía, así que me puse a caminar en los pasillos. Era una loba blanca, ahora negra, solo por una estúpida cosa: mi antepasado se negó a ayudar en la guerra, tras varias muertes, una bruja le hecho la maldición a su hijo. Ella era parte vampiro pero murió hace 4 años, una estaca en el corazón, nadie la logró encontrar. Así que yo ya mori.

Iba tan sumida en mi mente, que choque con la puerta del Salón de música, me sobe la nariz y abri la puerta con la otra mano. Al entrar deje a un lado la mochila. Agarre la guitarra y empece a tocar arpegios sin sentido, luego me recordé de “cold ain't for me”, una canción que me enseño Emely, y me puse a tocar los acordes.

It was a summer night
Such a perfect day
We were so late back
Just watching the wave
It was our time
There was no rain
We were just love, and do it all again

The sunset for the last time, oh I hate to say goodbye
Cuz we had such a good time
Here's a toast to the good life
I can't stop thinking bout the sand in my feet
I gotta hard it, cuz cold ain't for me
I miss my worries, were washing to the sea
Cuz this far too cold, darling, cold ain't for me

Sentí alguien observandome, abri los ojos y ví a Owen esconderse rápido. Deje la guitarra y agarre la mochila, abri, me asegure que no estuviera y salí corriendo. Siempre me gusto cantar, pero no me gusta que sepan, ni siquiera Emely sabe. Ni Tami sabrá.

Me faltaba media hora, así que me fui a la biblioteca, tenía que saber de esa leyenda de la cueva. Empece a buscar libros de leyendas hasta que encontré uno de profecías, más bien un papel que se cayó del libro cuando lo agarre.

Me senté, dejando la mochila a un lado, y empece a leerla, estaba en francés, pero no se me hace difícil, estuve un tiempo en clases.

"La salvadora era, su pasado le marca, maldad habrá en ella, muerte y destrucción a su paso nacerá, la loba blanca atrapada esta, no le habrá salvación"

No, no, ¡NO! No es cierto, no es cierto. Estaba tan enojada que arranque un pedazo de la mesa sin querer, la señora no veía así que deje el pedazo, metí el papel y salí corriendo. Necesitaba enseñarselo a mi papá. El trío estaba ahí, pero no me iban a detener.

—Quitense tontos

—hay que miedo– dijo Teo levantando sus brazos, los otros dos solo se rieron. Los esquive rápido, y salí del colegio. Empece a correr como un lobo, de todos modos faltaban 10 minutos para que terminara el transcurso. Llegue a la mansión y entre de golpe, saque el papel y toque el despacho.

—pase– dijo el alfa. Abri y mi padre se sorprendió, nunca me había escapado del colegio.

—¿Abi, que haces acá?

Le enseñe el papel mientras lloraba. Pude ver su cambio de expresión cuando término de leer, pude ver que estaba triste. Me senté, me estaba mareando.

—pensé que esa profecía no era nada, por eso estaba en la biblioteca del colegio– dijo el alfa

—esta era la profecía que hacia falta en la familia, no se como paro acá.

—ves, no tengo salvación

Ambos compartieron miradas cómplices— eso estábamos discutiendo, encontramos a la bruja de la maldición.

—¡eso no es cierto! Lo dices para que me siente mejor.

—no, en verdad esta viva

—¡NO! Yo la mate en unos de mis ataques de ira, ¡esta muerta! ¡Le metí una estaca al corazón, cuando no tenía control!– mi padre cambio de expresión, el día que pasó yo llegue a la casa asustada y llena de sangre, no les dije lo que pasó, solo dije que me tope con un animal lastimado.

—Abi, escucha...

—¡Esta muerta! ¡Dejen de tratar de animarme!

Salí corriendo de ahí, no estaba al cien por ciento, y me tropece, Owen me agarro. Me le quede viendo y me safe, seguí corriendo hacia el bosque, escuchaba mi nombre ser gritado a lo lejos, pero no quería oir más mentiras, yo no tenía salvación.

Pare cuando ya no podía, ya no aguantaba, y me deje caer— ¡ESTUPIDA VIDA, TONTO ALFA, TONTA GUERRA, TONTA BRUJA! ¡MIERDA DE DESTINO!

Estaba tan enojada, quería matar, quería sangre, quería muerte, quería sufrimiento, dolor. Mi sangre se estaba haciendo negra, mi medicina estaba lejos. Me levante y empece a pegarle al árbol, mis nudillos empezaron a sangrar, a sacar la sangre negra. Me dolía, pero era la única solución.

Después de 5 minutos, ya no aguantaba, ya estaba oscureciendo. Empece a caminar de vuelta a la mansión, me dolian demasiado los nudillos. Abri la puerta, con una mueca de dolor, encontrándome a todos en la sala. Angus al verme corrió a abrazarme, apretó mi mano y me queje. Mi madre vio y entre ambos me llevaron a sanar. No quise verlos a los ojos, no quería ver lastima, misericordia, tristeza.

—¿Porque te hiciste esto?– dijo mi madre terminando de vendar.

—me enoje demasiado y la mansión estaba lejos, no quería matar y era la única opción que encontré.

Sali del cuarto, papá trato de detenerme, pero le negué con la cabeza y fui al comedor para comer. Me senté, y con dolor en la mano agarre el tenedor y empece a comer. Owen y Aiden me miraban, Angus y mis padres con tristeza y Laura con celos por ser el centro de atención.

Me dolía el que me vean como un demonio, como una bruja siendo quemada, como una presa bajo las garras de su depredador, que me vean como enemiga. No todos podemos modificar el pasado, quizás el destino, pero no es mi caso.

Termine de comer y me dirigí al cuarto, me tome la medicina, me cambie y me acosté, tenía bastante cansancio, pero no me dejaba dormir. Poco a poco logre relajarme y me dormí, esperando mi cruel destino. Viendo como el lobo negro crece al acercarse el día.

Nerd malditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora