Lunes 29 de agosto de 2016
Durante mi embarazo y cuando tuve a mi hija dejé mi trabajo de prostituta o "trabajadora sexual", como sea. Cuando ella murió me dejó un gran vació y como para salir de la rutina y distraerme, volví al trabajo. Aunque ahora tengo un par de estrías más y pocos hombres quieren estar conmigo. Otras prueban una vez y luego me insultan o empiezan a compararme con sus esposas, es patético. El otro día un hombre había tomado tanto que me confundió con su esposa y trató de pegarme, pobre mujer.
Me siento más sucia que antes, termino de estar con un cliente y como siempre me baño, no solo para sentirme fresca sino para de alguna manera, quitarme las culpas y las penas, tomo el jabón y lo voy pasando por mi cuerpo con toda la presión que puedo, aunque eso no me quite el olor a escoria, porque eso es lo que soy. Soy un maldito ente de ficción creado por un dios que no sé si realmente exista. En mí están tatuadas las marcas de dolor, soy un asco, no tengo valor, no soy más que un títere del destino.
Ya no creo en el cielo o el infierno, pero en caso de que existieran, estoy segura que he vivido en ambos, también he dado unas cuantas vueltas por el purgatoria. La vida no ha hecho más que golpearme, me eleva alto y luego me deja caer sin piedad. ¡Maldita vida! ¡Maldito destino!
Ella no sabe que hoy su vida dará un giro de 180 grados. Se mira al espejo antes de salir a trabajar y observa una foto en la que ella tenía 18 años. Ha cambiado demasiado, si alguien que la conocía a esa edad la viera ahora, no creería que se trata de la misma persona.
Cómo es de costumbre, un cliente la elige, es decisión de ellos si te siguen o si quieren llevarte a otro lugar y si es así, te pagan extra. Ve venir un hombre hacia ella, algo en él le hace creer que lo conoce, pero actúa normal, no quiero volver a cometer el mismo error que con el padre de mi hija.
El hombre parece examinar un poco a las otras dos mujeres que están a su lado, pero posa su mirada sobre ella. Y se acerca, le pregunta el costo de su servicio a ella eso le parece algo tonto, la mayoría de clientes ya sabe más o menos cuánto cobran, el costo no varía demasiado, quizá es la primera vez que viene por acá. Su voz y algunos rasgos en su rostro le recuerdan a alguien pero no sabe exactamente a quién. Podría ser el hijo de uno de sus clientes y por eso su voz le parece conocida.
Una vez en el cuarto, ella intenta sacarse la camisa, pero él empieza hablar.
- No, no te quites la ropa, quiero ser yo quien te la quite y tú me la quitas a mí –ella no pronuncia palabra– empieza tú, muñequita.
- ¿Muñequita?
- ¿Te molesta que te diga así? ¿Hay algún problema con eso?
- No, claro que no...
Ella reconoce esa voz, reconoce esos ojos, los recuerda tal cual, como aquella vez que le dedicó unas hojas con 33 poemas dedicados a él, la pasta tenía el título de "Ojos de miel". No puede creer que se trate del mismo hombre, su primer amor. Prefiere pensar que todo es una coincidencia nada más.
Empieza a sacarle el saco, luego la corbata, luego le desabrocha la camisa y toca su pecho, mira un lunar al lado izquierdo, más abajo del pecho. Saca sus zapatos, sus manos empiezan a temblar. Él parece notar que algo pasa.
- ¿Ocurre algo? –le pregunta, ella niega con la cabeza.
Baja su pantalón pero no le quita la ropa interior. Algo en ella causa que él se excite cada vez que la mujer roza su piel. Ahora es su turno de despojarla de sus prendas.
Le retira el cabello del rostro, la mira de frente, ella no quita la mirada pero siente nervios, él empieza a bajarle el vestido, al terminar, pretende quitarle el sostén, pero cuando mira fijamente su pecho, observa sus lunares y no puede evitar demostrar su sorpresa.
- Wao, esos lunares en tu pecho.
- Otro obsesionado con los lunares.
- No, no es eso. Es que recuerdo esos lunares. Esa ubicación.
- Tal vez viniste ya un par de veces aquí.
- No, es la primera vez que vengo acá.
- Entonces debe tratarse que recordaste a una mujer –dice él mientras ella trata de evitar su mirada.
El guarda silencio, ella está de pie, casi desnuda, no se siente mal debido a la vergüenza ya que cientos de hombres la han visto, pero que la miren esos ojos, es completamente destino, por este cuarto de hotel han pasado hombres con ojos verdes, cafés, azules, marrones y todos los derivados de estos colores, pero esos ojos tienen algo, ese color indefinido que ella recuerda haber visto una sola vez. Él la rodea mientras observa todo su cuerpo, su espalda también tienen lunares, no le cabe duda, definitivamente es ella.
- Creo saber quién eres. ¿Por qué esquivas la mirada? ¿Sabes quién soy yo, cierto?
- No sé a qué se refiere. ¿Quiere el servicio o no?
No sabe qué responder. Lo que sí sabe es que quiere estar con ella, pero no precisamente por sexo, hay algo en ella que lo atrae de manera excesiva, solo se sintió así una vez hace muchos años y está consciente de que dos personas totalmente distintas no pueden causar el mismo efecto sobre él.
- Si es por dinero te pagaré, pero necesito que hablemos, por favor. Por la forma en la que tiemblas y te pones nerviosa puedo asegurar que sabes quién soy yo.
- No, no tengo ni la más remota idea de quién eres. Vete.
Ahora me tuteas, nodisimules. Mírame a los ojos. ¿En serio quieres que me vaya? ¿Vas a alejarteotra vez? ¿Quieres huir y dejarme solo?
~Nota~
GRACIAS A TODOS LOS QUE ESTÁN LEYENDO ESTA HISTORIA.
Los adoro. Actualizaré pronto. ♥
Att: G }Ï{
SIENTO QUE ÚLTIMAMENTE DEJARÉ MUCHAS POSDATAS JAJAJA LO LAMENTO.
PD.1: Lamento si existen algunos errores ortográficos, es que aún estoy editando el libro.
PD.2: Si necesitan editores para sus libros, puedo ayudarlos, me escriben por interno y listo.
PD.3: Necesito alguien dispuesto a crear un libro conmigo, trataría sobre algo amoroso. AÑO DE COLABORACIONES!!!
PD.4: TENGO NUEVOS PROYECTITOOOOS !!!
PD.5: No se olviden de leer mis otros libros... gracias :)
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¿Quién es Malena? #COMPLETO
RomanceLa muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene. Jorge Luis Borges