PRESENTE 3/5

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6:55 PM

Él toca la puerta de la casa una y otra vez. Es un poco desesperante. Cuando nadie le abre, entra por la puerta trasera, al parecer conoce bien la casa. Y cómo no si tuvieron sexo casi en cada parte de la casa.

- ¿Hay alguien en casa? Te ruego que no te escondas –grita mientras va hacia la recámara, la ve ahí encima de la alfombra que fue testigo de su último encuentro sexual, no puede creerlo, está en shock, no puede evitar mirar la escena de horror con repugnancia.

¡Al fin llegaste! No, no me mires con esa cara de espanto. Sí, es cierto que parezco estar muerta, pero creo que aún me quedan unos minutos.

Él empieza a tomar su cabeza con las manos y a masajear su cabello con desesperación, sale a la sala un momento.

No, por favor no te vayas, quédate aquí, quiero sentirte una vez más junto a mí. Han pasado semanas desde la última vez que nos vimos, dijiste que vendrías hoy y quise darte una sorpresa.

Vuelve a entrar en la habitación con la esperanza de que todo sea una broma o que lo que vio fuesen solo alucinaciones. La mira por un instante y llora, no sabe si podrá con tanto. No la quería y la trataba mal pero nunca le hubiese deseado un final parecido.

¡No llores, mírame! Estoy riendo porque estás contemplándome como nunca antes lo habías hecho. Cuantas veces intenté conquistarte, me desvelé escribiéndote poemas, volé en un mundo de ilusiones y sueños, me ahogué también en mares de llanto y resbalé en la triste realidad de que ya no me amabas, de que soy un objeto más dentro de tu mundo en donde cada mujer nueva es una herramienta que te arregla la vida en horas. Una hora por aquí, otra hora por allá, una más por acá y finalmente llegabas a esta casa y te marchabas por la mañana en busca de alguien más.

- Muñequita. Sé que no fui lo que esperabas pero te amé y quizá aún te amo, quizá no tanto como desearías, pero te amo.

No me digas que me amas ahora que estoy a medio paso de la muerte, no despiertes en mí el deseo de vivir sin disfrutar de la muerte.

Solo tu mirada detiene mi lenta y constante agonía, tú decías que mi mirada era lo único que querías ver antes de morir, pero el tiempo es cambiante, ahora alégrate tú porque soy yo quien vio tu mirada por última vez.

Si esta muerte es tu venganza, entonces también es la mía, pues fuiste tú quien prometió que solo sería la muerte que las separaría. Aun no comprendo por qué te creí. Seguramente fueron las copas de alcohol que nos hacen hablar de más y nos convence de que borrachos decimos la verdad, pero no, hoy rechazo esa absurda creencia, me mentiste, quizá pensaste que yo era alguien más y al día siguiente despertaste con la cruel verdad de que juraste amor eterno a la persona equivocada, pero fue tarde para corregir el error.

Tranquilo, no llores, porque si lo hubieses hecho cuando estaba viva, tal vez nada de esto sería realidad.

Está bien, si quieres llámala, marca su número, llámala y cuéntale que estoy muerta, al fin y al cabo sólo ella estará contigo de ahora en adelante, pero ojalá no te acuerdes de mí cuando la abraces o la beses.

La sangre también recorre mis labios, labios a los que besaste por primera vez hace unos años atrás y que besaste por última vez hace unas semanas. Labios carmesí que alguna vez fueron inspiración de muchos, pero yo te elegí a ti ¿De qué sirve mi elección si tú has elegido a alguien más?

El tiempo sigue su curso, no se ha detenido para torturarme ni ha corrido para que yo sufra menos. Hay heridas que no se borran ni con la muerte y mis cicatrices serán solo una dulce caricia que jamás olvidaré.

¡Qué importa la sangre! Ella corre libre, en cambio, yo me encierro en agonía, mi cuerpo que horas antes se retorcía de dolor, ahora parece anestesiado. Mi mente no entiende la razón tan fuerte que tengo por querer vivir en la muerte. Es que mi mente no entiende que cuando se ama y no se tiene respuestas, es mejor seguir en vez de esperar algo que no vendrá hacia ti.

Esta agonía te trajo a mí y si fue así, quiero morir para que vivas conmigo en otro mundo en que sólo tus recuerdos marquen la diferencia entre vivir en la vida y vivir en la muerte.

Hay decisiones que se toman de prisa y sus consecuencias solo terminan con la muerte. Hoy he decidido irme de tu vida porque no hubo brújula que orientara nuestro amor, ni luz que alumbrara el camino para salir en busca de alegría que encontré en la muerte. Este no es el fin, es el comienzo para vivir contigo en otro mundo, mi alma no se apartará de ti jamás, porque el dolor en vida es corto y la vida en la muerte es eterna.

No me dejes aquí, sola, siento que apenas puedo ver, todo se vuelve oscuro, ya no siento nada. ¡Ayúdame! ¡Ayú...!

Cuando él está en la sala, el número al que marca parece estar ocupado pero no deja de intentar.

- Aló.

- Si, aló.

- Por favor, envía una ambulancia, la dirección te la envío por mensaje. Es una emergencia.

- Cálmate.

- No, no puedo calmarme. Ella, parece estar muerta.

- Hablas de...

- Sí, de ella.

~Nota~

SE ACERCAAAA EL FINAAAAAL !!!

GRACIAS A TODOS LOS QUE ESTÁN LEYENDO ESTA HISTORIA. Los adoro. ♥

Att: G }Ï{

PD. Lamento si existen algunos errores ortográficos, es que aún estoy editando el libro.

¿Quién es Malena? #COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora