La evolución del estado de salud de Steve era favorable. Habían pasado dos horas luego de la aplicación de la cura y rodó parecía encontrarse en orden. Tony observaba con preocupación la cama donde el rubio se encontraba, era sumamente extraño verle así. Por lo general, él estaría entrenando, actualizándose en esta nueva era o siendo el tipo inocente, lindo y mandón.
Un suspiro salió del millonario, atrayendo la atención del doctor que se encontraba realizando los últimos análisis a Los resultados de Steve.
-que sucede ahora, Tony- pregunto con calma Banner.
-me preguntaba, si no existe la posibilidad de que pueda llevar a Steve de regreso a la torre, me gustaría tenerlo cerca, para poder estar al pendiente de él - pregunto el moreno, sin mirar al contrario.
-claro que es posible, Tony, entiendo tu sentir, pero debemos conseguir en que transportarlo, además que debemos pedir autorización a Fury, no podemos moverlo sin autorización - dijo el doctor con pesadumbre.
-no hay ningún problema, yo personalmente me haré cargo de eso, no te preocupes, después de Todo, soy Tony y Stark, no- dijo con seguridad, para salir de allí y dirigirse a la oficina del director de Shield.
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Steve reposaba en el cuarto que con anterioridad ocupaba en la torre, se encontraba dormido, pero, en palabras de Bruce, tardaría poco en despertar. No había sido fácil convencer a Fury, pero tampoco había sido imposible, después de tocarle un poco la paciencia al espía, este había accedido a su petición.
Ahora se encontraban allí, en la seguridad de la torre Stark, con él, como fiel caballero, aguardando porque Steve despertara, en verdad necesitaba arreglar todo con él y empezar de cero, pues, ahora que había experimentado el miedo de perderlo, se dijo a sí mismo que aquello era algo que no estaba dispuesto a volver a experimentar.
Sus manos, curiosas y anhelantes, trazaron un suave y juguetón camino desde el antebrazo hasta aquel rostro perfecto, hermoso y en cierto punto delicado. Una sonrisa sarcástica se dibujo en su rostro. Había sido un completo idiota. Absolutamente todas las señales estaban ahí, Steve era un omega y sufría al ser tratado como algo que no era.
Acarició con mimo y delicadeza aquella hermosa obra de arte, y tan absorto estaba, que no notó cuando aquellos orbes celestes se abrieron, mirando el lugar con extrañeza.
-Tony...- salió en un susurro de sus labios, mirando con confusión al hombre enfrente suyo. -que paso... - pregunto temeroso y confundido. El recordaba haber estado de regreso en el complejo, y cuando estaba en su habitación, recuerda haber sentido dolor y haberse desplomado. El castaño quitó su mano traviesa y la sostuvo con la otra, en un intento de evitar que esta escapara de su dominio y volviese a tocar la suave dermis del rubio.
—en la misión, te inyectaron algo, no recuerdo bien que fue lo que me dijo Bruce, y te desmayaste, casi mueres allí — dijo aparentando una calma que realmente no sentía. —estuvimos trabajando parte de la mañana y toda la tarde. Me alegra que te encuentres bien— dijo con verdadera alegría, regalándole una pequeña sonrisa al rubio, una que él intento corresponder a pesar de su estado comatoso.
—Gracias, Tony— el castaño se estremeció un poco, que le llamara de esa forma, después de tanta tensión y disgusto que había surgido entre ambos, era como un bálsamo para su alma y corazón.
—Steve, tu y yo tenemos que hablar. Se que acabas de salir de algo difícil, estuviste a poco de perder la vida, y es comprensible que no me quieras escuchar, pero es algo que necesito decirte— dijo, un poco nervioso, buscando las palabras para expresar lo que sentía sin sonar como un estúpido ególatra o expresar algo que realmente no estaba dentro de sus pensamientos.
—Tony, yo también tengo que decirte algo y no creo que haya un mejor momento para hacerlo— dijo, para tomar una bocanada de aire, que exhalo en un largo suspiro, antes de continuar —Tony, perdoname, fui estúpido, egoísta e irracional contigo, juzgue cada acción que realizadas porque pensé que estabas en mi contra y me cerré a todos por miedo al rechazo, no supe entenderte, tenía tanto miedo que me encerré en mi propia burbuja de cristal y solo me fije en mis problemas, ignorando que los demás tienen los suyos, yo... Yo en verdad lo siento, Tony. Perdoname— se disculpó apenado mientras le miraba a los ojos. —también me disculpo por haberte decepcionado, se que me tenias en otro concepto, que me veías como un alfa fuerte, pero realmente no lo soy, soy un omega lo suficientemente fuerte como para no encajar en esta sociedad— murmuró esto ultimo, bajando la cabeza.
—deja de pretender saber que es lo que pienso. Te voy a decir algo, pero si lo cuentas, lo negare fuertemente— dijo, para tomar delicadamente la barbilla del rubio y elevarla, haciendo que las irises azules quedaran fijas en las chocolate. —tu grandeza no la define tu casta, la define quien eres, y tu, Steve, tu eres una gran persona y alguien muy fuerte, independientemente de la casta a la que pertenezcas. No me has decepcionado, por el contrario, me siento orgulloso de ti, porque tu casta, no te resultó un impedimento para salir adelante y avanzar, así que eso no tengo que perdonartelo— le dijo afable y con una sonrisa, mientras sus manos se deslizaban, hasta posarlas sobre las del rubio, las cuales tomó inconscientemente
—Tony...— susurro con cariño, mirándole con los ojos brillantes.
—yo, yo quiero que me perdones. Sabes como soy, me conoces y sabes que soy idiota y un cabrón en ocasiones, yo... Me tomaste por sorpresa, yo estaba obnubilado por todo lo que pasaba y por tu delicioso olor, que aquella noticia fue como un balde de agua fría sobre mi, no creí que aquello podía ser posible... Pero no me malentiendas, no es por lo que crees, es por un motivo completamente diferente, el caso es que no supe como procesarlo y tuvo una crisis nerviosa, por eso me reí, pero te juro que nunca fue mi intención ofenderte. Después de aquel incidente, vinieron otra serie de errores míos, y ya sabes, paso lo que paso, y en verdad lo siento, Steve. Perdoname por favor— pidió sinceramente el castaño.
—no tengo nada que perdonarte, Tony, ambos fuimos algo tontos con respecto a este tema — confeso con una sonrisa el rubio. —¡oye! Ahora que lo recuerdo... ¿en verdad podías olerme?— preguntó curioso.
—si, puedo olerte y he podido olerte todo este tiempo, pero no sabia que eras tu y que ese era tu olor. Debo reconocer que tu olor es delicioso— dijo, sin medir sus palabras, sonrojando al rubio y sonrojándose a si mismo al reparar en lo dicho.
—es raro, yo siempre he usado supresores — comentó distraído, analizando el porque Tony si podía sentir su olor.
—de eso quería hablarte, yo... Tu y yo, tenemos una conexión... Es algo... — dijo nervioso, siendo cortado por su celular, el cual resonó en toda la habitación.
Fastidiado, el castaño tomó su celular y contesto la llamada.
—¡Tony!— exclamó con preocupación.
—estaba a la mitad de algo importante, Banner. Para que me necesitas — contesto malhumorado.
—es sobre Steve, revisa que se encuentre bien y ven lo más rápido posible, tenemos problemas — dijo alterado el doctor, esperando que su compañero obedeciera.
—esta bien Bruce, en un rato esto allá — dijo el castaño con preocupación, para finalizar la llamada.
—que quería Bruce — preguntó el rubio.
—pregunto que si te encontrabas bien y pidió mi presencia, me necesita para algo importante. Esta bien si te dejó por un momento, voy y vuelvo, lo más pronto posible, además, tu y yo tenemos una plática pendiente— advirtió en moreno.
—esta bien, Tony, ve, aquí te esperó — dijo el rubio con comprensión.
—voy y vuelvo, lo prometo— aseguro para dar un beso en la frente del Rubio y salir del lugar.
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Hasta aquí...
Espero que les haya gustado.
Nos leemos luego.
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Estereotipos
FanfictionLa sociedad, en su mayoría, esta regida por los estereotipos. Steven Rogers y Anthony Stark viven atrapados por los estúpidos estereotipos que impone la sociedad. Steve sufre constantemente por no ser lo suficiente para alguien, todo por la forma de...