Una súper Familia

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—Rojo— dijo serio.

—azul— dijo completamente firme.

—Rojo, dije— dijo, empezando a molestarse.

—azul y no me contradigas, Stark— dijo molesto el rubio.

—morado— grito ojo de halcón, que venia pasando por allí.

—¡Tu callate, Barton!— gritaron los dos hombres al mismo tiempo.

Cualquiera que viera las miradas de decisión de los dos hombres, pensaría que discuten de algo sumamente importante y de vida o muerte, y no por el color del que pintarían las paredes de la habitación de su hijo de cinco meses, que miraba la escena con confusión.

—Tony, la pintaremos de azul y punto, me parece que es un color perfecto y sumamente tranquilo, el ideal para nuestro pequeño— dijo el rubio con seriedad y firmeza.

—no, Steve, te digo que el rojo es el color ideal, es llamativo y tan fuerte como su hermoso y sexy padre— afirmo el castaño.

—insisto, la pintaremos de azul — dijo con firmeza el rubio.

—y porque se supone que debo hacerte caso, Rogers— pregunto con seriedad.

—porque soy el omega de la relación — dijo con seguridad.

—no se supone que funciona al contrario, soy el alfa y...— dijo con una firmeza que empezó s desaparecer a medida que la ceja izquierda del rubio se elevaba. La ultima vez que vio ese gesto, se quedo sin sexo y durmiendo en el sofá por dos semanas, eso era algo que no experimentaría de nuevo. —esta bien, no puedo argumentar nada ante esa lógica— se rindió el castaño.

En eso observan al pequeño Peter, que se acerca gateando hasta los tarros donde se encuentra la pintura.

—Peter, no— le dice angustiado Tony.

—espera, él va elegir los colores de los que quiere que pintemos su cuarto, dejalo— le dijo Steve, siguiendo a su pequeño y viendo como metía su manita en la pintura azul y la presionaba sobre una de las blancas paredes.

—ganaste— le murmuro con un puchero y con fingida molestia el castaño.

—no, mira— le dijo suavemente a su esposo, mientras observaba como el pequeño ahora gateaba hasta el pote de pintura rojo, metía su mano y la estampaba en la pared contraria. —Peter quiere que pintemos su habitación de rojo con azul— dijo con orgullo el rubio.

—pero, como supiste que no iba a hacer algo malo con la pintura— pregunto confuso el castaño.

—porque ya me ha pasado esto anteriormente, el otro día estábamos en mi estudio, pero me distraje un momento porque Natasha me llamó pidiendo información clave para una misión. Cuando volví mi atención a Peter, lo halle con varios de mis colores especiales y con un lienzo en blanco que deje tirado en el piso, él había escrito algo en el. Y lo curioso, es que en ningún momento confundió los óleos con comida o de los llevó a la boca— explico el rubio a un castaño, que lo miro atónito.

—puedes mostrarme— pidió el castaño.

—¡apa! ¡api! ¡apa api!— grito el castaño menor mientras aplaudía con sus manitas, ensuciandose todo y llamando la atención de los dos adultos.

—que paso Pete— dijo el rubio con ternura, mientras lo tomaba en brazos y lo recostaba en su pecho.

—omersh— dijo el menor, mirándolo con sus ojitos de bambi, los cuales había heredado de su padre.

—quieres comer, amor— pregunto, recibiendo un asentimiento del castaño menor.

—bueno, entonces digamosle a tu padre...— dijo, bajando su voz cada vez más, mirando con extrañeza la expresión perpleja de su esposo. —Tony— pregunto con cautela.

—él casi me dice papá, ¡él casi me llama papá!— grito emocionado corriendo a abrazar a su familia, sin importar que su carisimo traje se echara a perder por la pintura.

Una gran carcajada se dejo oír de los tres, mientras se abrazan en medio de lo que sería la habitación de su hijo.

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—te amo, Steve gracias por todo esto que me diste— le dijo cariñosamente al rubio, mientras cubría la cintura desnuda con sus brazos y dejaba un beso sobre la marca de unión.

—gracias a ti, Tony, gracias por darme un lugar en este mundo desconocido, gracias por darme todo aquel valor y la autoestima que me hacia falta, gracias por darme un hogar, gracias por darme una familia y gracias por amarme a pesar de que no soy perfecto— murmuro de vuelta el rubio, mientras que cubría con sus brazos los brazos del castaño, el cual le abrazaba por la espalda.

La risa del castaño se dejo oír y la vibraciones que esta causaba, relajaron al rubio, que dejo escapar un ruidito de comodidad y se acurrucó aún más contra el pecho del castaño.

—Steve, ninguno es perfecto, somos una pareja extraña, mira que aquí tu eres el que parece el alfa y yo el omega, aun cuando nosotros sabemos que no es así. Somos algo que va en contra de los estúpidos estereotipos que impone la sociedad. Quien dijo que un omega no puede ser fuerte, o que un alfa no puede ser débil. Estamos tan acostumbrados a eso, que perdimos el verdadero valor de ser personas. Y eso tiene que cambiar... Pero mejor me callo, porque esto empieza a parecerse a un discurso tuyo. Al parecer tanto tiempo juntos me hace mal, porque se me prenden tus cosas— dijo el castaño, para callarse finalmente.

—tienes mucha razón, Tony— dijo con ternura, para girarse y besarlo.

—oye, que crees que haces con mi mano— pregunto pícaro.

—que crees que hago, Tony— pregunto de la misma forma y mirando traviesamente al castaño.

—estas muy cerca de tu próximo periodo de calor, si hacemos algo, quedarás en cinta de nuevo— dijo el castaño.

—no importa, es más, es lo que quiero. Ha pasado año y medio desde que tuvimos a Peter ¿no te gustaría hacer a nuestra pequeño familia un poco más grande?— preguntó, mientras acariciaba mas abajo del abdomen al castaño, restándole facultades de raciocinio.

—ya veras, Rogers, mañana desearás no haberme provocado de la manera en que acabas de hacerlo. No te podrás levantar de la cama, siquiera— dijo roncamente el castaño, para lanzarse a reclamar a su omega.

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Nueve meses después, nació Harley. Tony no podía estar mas feliz, sus temores iniciales habían desaparecido, pues era un excelente padre, contrario a lo que había esperado. Sus hijos resultaron ser genios, al igual que él, aunque Peter seguía pareciéndose mucho más a Steve en cuestiones de personalidad.

Mirar a su esposo dormitar con sus dos pequeños amores sobre su pecho era lo más hermoso que podía ver y agradecía con el alma no haberse dejado guiar por los estereotipos y haber luchado para tomar a Steve como Esposo.

Porque los estereotipos no te dicen quien es cada persona.

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Hasta aquí...

Listo, los dos especiales terminados.

Espero que les haya gustado y gracias por llegar hasta aquí.

Adiós!!!

EstereotiposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora