Al despertar (Tasertricks)

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Lo primero que despertó a Darcy fue un pie pequeño pasando por encima de su nariz, y lo segundo fue un quejido a su lado. Sonó como si alguien le hubiese aplastado el estómago a su esposo, y así era.

—¡Hola, padre!

—Darcy, cariño, sácamela de encima —la grave voz de Loki sonó soñolienta.

Darcy dejó salir un sonido que podía ser una negación o una risa. Se acurrucó bajo las sábanas y abrazó la almohada. Que Loki se ocupase de sus cosas. Oyó un suspiro medio gruñido. Loki se movió, se oyó una risita de niña, y segundos más tarde fue Darcy la que tenía todo el peso de Kat sobre su estómago.

Sin abrir los ojos, Darcy sacó una mano de debajo de la almohada y acarició el pelo de su hija. Kat se retorció como una lombriz, y Darcy sintió sus labios en su mejilla.

—Buenos días, mami.

La mujer sonrió, con los ojos cerrados.

—Ve a molestar a tu padre, ¿quieres? Tiene que levantarse temprano hoy. Tiene una reunión de gobierno en Asgard.

—Ay, no —se oyó la voz de Loki, y sonó como si estuviese tapándose la cara con la almohada—. Detesto a Lord Evan. Lo detesto. Y no puedo destituirlo porque es bueno en su trabajo.

—Deja de quejarte. Al menos tú no tienes jefe, eres el rey. Yo tengo que aguantarme al tarado de Michael Banes gritándome órdenes todo el día en la empresa.

—Puedo matarlo si quieres.

—Loki, uno no va y mata a sus jefes porque sí.

—¿No?

—No.

—Lástima. Llámame si cambias de opinión.

—Loki, no vas a matar a Michael Banes y es una orden.

—Pero acabas de decir que es un tarado...

—Eso no significa que quiera matarlo.

—Eres complicada, mortal.

Darcy lo empujó con el pie y bostezó abriendo los ojos. Rodó hacia un lado para sentarse en el borde de la cama y miró la pared parpadeando con cara de zombie. Terminó poniéndose de pie y volvió a bostezar.

—Kat, levanta a tu padre mientras voy al baño. Usa el método que prefieras, pero levántalo de la cama.

La risa de Kat fue entusiasta. Esa rutina le encantaba, al parecer.

Darcy arrastró los pies hasta el baño y se encerró. Se miró al espejo. Tenía el pelo como una nube castaña. Parecía un payaso. Se hizo gestos seductores a sí misma con las cejas en el espejo mientras tomaba el cepillo de dientes y el dentífrico.

Del otro lado de la puerta escuchó un golpe sordo y sonrió satisfecha. Había sonado como un cuerpo cayendo al piso. Por el sonido, era Loki. Se empezó a lavar los dientes tarareando para sí misma, se lavó la cara, intentó peinarse las mechas rebeldes de pelo rizado y salió del baño un poco más despejada.

Loki estaba en el piso con expresión contrariada, cruzado de brazos. La pequeña Kat estaba sentada en el borde de la cama con una sonrisa que le dio miedo hasta a su madre, y sostenía en la mano el táser de la propia Darcy. La mujer no pudo evitar reír, más que nada por el gesto de Loki.

—¿Te electrocutó?

—No —Loki sonó enojado—. Pero no me gusta esa cosa, menos aún cuando me está apuntando.

Darcy le sacó el táser a su hija y lo dejó en la mesita de luz.

—Ve a vestirte, piojo. Buen trabajo. Ya te hago el desayuno.

La niña saltó en la cama para llegar al otro lado y desapareció por la puerta, con la energía de una gacela. Cómo hacía para estar así a esa hora de la mañana, era un misterio.

Darcy fue hasta su marido y en lugar de ayudarlo a ponerse de pie, se dejó caer sobre el regazo de él con una sonrisa satisfecha.

—Vamos, no me digas que te enojaste, Cuernitos.

—Tssk.

—Vamos, vamos —Darcy le hizo cosquillas. Él no reaccionó.

Qué aburridas eran las personas sin cosquillas.

—¡Amargado! —gruñó, y se dejó caer hacia atrás dramáticamente. Se suponía que él iba a sostenerla, pero al parecer estaba enojado de verdad, y Darcy terminó de caer.

¡Bump!

Su cabeza dio contra la pared. Hubo un segundo de silencio y luego los ojos se le llenaron de lágrimas. Estaba entre los brazos de Loki antes siquiera de que cayese la primera lágrima.

—¿Estás bien? ¿Te hiciste daño? ¡Perdón, cariño!

El enojo del dios se había esfumado ante la amenaza de tormenta.

—Sí, me hice daño, estúpido —sollozó Darcy, y se sorbió la nariz. Sintió los dedos de Loki donde se había golpeado. Seguro estaba haciendo uno de sus hechizos.

—En serio, perdón —él sonaba apenado de verdad. Aunque con Loki nunca nada era confiable.

Darcy hipó y frunció el ceño, pero no le rebatió.

—Eres un idiota, Laufeyson —dijo un rato después, cuando los ojos se le secaron.

_—Tu_ idiota.

¿Cómo demonios se contestaba a eso? Darcy lo empujó pero terminó riéndose.

—Pero idiota al fin.

—Disiento, pero accederé por esta vez.

Darcy Lewis tenía el esposo más insufrible de esta y todas las galaxias, pero estaba perdidamente enamorada de él. Aunque fuera imposible hacerlo entrar en razón.

Al despertar ✵ Loki & DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora