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No te asustes, te loruego.

Unos pequeños gruñidos y quejas incomodas comenzaban a oírse en el silencio del camino en automóvil, Jimin comenzaba a removerse en el asiento buscando acoplarse en una posición perfecta, pero al no encontrarla, sentir su cuerpo vibrar ante el motor funcionando del automóvil y el maldito dolor de su brazo acalambrado, o más bien, el hombro y los pequeños saltos a causa de la desnivelada carretera de tierra, abrió sus ojos extrañado, molesto, y la primera persona quienes sus ojos enfocaron, hizo que su cuerpo diera un brinco en el asiento del copiloto junto a un grito ahogado.

Pero las palabras no fueron necesarias para explicar el asombro y susto que tenía Jimin en ese momento reflejadas en el rostro.

Yoongi por su lado, ya se había dado cuenta que el rubio comenzaba a despertar, por lo que bajó la velocidad del camino y sostuvo el arma que minutos antes había buscado en la cajuela para inspeccionarla al detenerse frente a un gran huerto de tomates, quien de hecho robó unos cuantos solo porque tenía hambre, la mantenía escondida a su mano izquierda mientras mantenía su diestra en el manubrio, no quería hacer esto, pero tampoco quería perder el control y menos perderlo a él.

Jimin comenzó a respirar con dificultad y apenas logró darse cuenta que nada de lo que pasaba era un sueño, se arrinconó en el asiento copiloto, pudiendo hablar luego de segundos interminables la duda y deseo observando al platinado quien de hecho, ni giraba el rostro para apreciar el propio asustado y confundido, solo conducía pero sabía del estado en que estaba el Rubio, por algo la zurda del mismo ocultaba tanto el arma a su izquierda.

- ... ¿Por qué lo hiciste? Detente... ¡Detente! ¡Detente ahora! - Gritó Jimin con la poca voz que logró modular, a la vez que trató de lanzarse contra el cuerpo del platinado sin pensar que arriesgaba las vidas de ambos teniendo en cuenta que uno de ellos manejaba por una carretera estrecha donde una mala maniobra y terminaban con auto y todo en las profundidades del mar.

Yoongi empujó con violencia a Jimin del pecho obligado a cambiar de mano, revelando el arma que llevaba en su zurda, en un rápido movimiento cambió de lugar el artefacto dejando la pistola en su diestra donde no dudó en estirar el brazo y apuntar con esta el tembloroso cuerpo de Jimin quien por el empujón lo dejo nuevamente arrinconado a la esquina del asiento donde había estado durmiendo todo este tiempo, este se dio cuenta entonces el peligroso lugar que andaban al ladear el rostro y ver el mar, pero también se dio cuenta de la gran amenaza que tenía en frente, sintió que su corazón dejaba de latir por un momento, lo veía capaz, Yoongi era un asesino, cerró sus ojos con fuerza, un sollozo audible escapaba de su ser.

Yoongi por un momento estuvo a punto de disparar, estaba tan acostumbrado a atacar a quienes lo trataban de atacar, su ente lo imploraba, pero recordó quien era el rubio para él, recordó lo que había hecho y su corazón lo hizo relajarse, alejando los malos pensamientos y alucinaciones que se hacían presente en los espejos del auto.

Se detuvo en plena carretera al sentir que su vista se nublaba por un momento, bajó el arma con la mano temblorosa al mismo tiempo que bajaba su rostro, el nudo en la garganta le estaba asqueando, pues vio el rostro de Jimin entristecido y asustado con sus ojitos cerrados, como si un león hubiera arrinconado a un pequeño conejo que buscaba alimento para sus bebés.

Porque después de todo se estaba convirtiendo en el cazador de una inocente presa que solo quería ayudar, que solo quería ayudarlo... Jimin se había convertido en lo que era por vocación.

El arma después de todo aún estaba con seguro, la dejó caer a sus pies y miró nuevamente el rostro escondido de Jimin entre sus manos, pero este poco a poco, con la mandíbula tiritando se atrevió a mirarlo, viendo que el arma no había perforado su cráneo y menos estaba ahí.

Yoongi se quedó observando los azules ojos cristalizados por la lágrimas reprimidas esperando salir, Jimin no pestañeaba y solo miraba al enfermo de Yoongi.

¨Es una presa facil¨ Lo escuchó susurrar. Pero no era Jimin quien había hablado.

- Pero lo necesito... - Murmuró el platinado viendo el estado de duda que invadía las facciones de Jimin al verlo hablar solo. -Yoongi necesita a jimin para alejarlo..- Volvió a murmurar, Park buscó arrinconar más su cuerpo en la pequeña esquina cuando Yoongi se acercaba poco a poco. 

En una acción rápida, Jimin estaba siendo rodeado con fuerza por los brazos de Yoongi, quien sollozaba con exageración. -No te quiero hacer daño.. No puedo contigo... -

Jimin por primera vez no supo cómo interpretar eso, no por su profesión psiquiatra, si no por relación social.

No correspondió su abrazo, pero si las lagrimas y la lástima, lagrimas de miedo contrarias a las que Yoongi dejaba caer.



Enfermo Mental / M.ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora