Enfermo Mental / M.yg

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Llevarte hasta la tumba.

Park se removió hasta quedar de lado, había despertado puesto que el platinado se había alejado con frenetismo de Jimin haciendo que este se exaltara y despertara del sueño pesado que había conciliado. El cuerpo de Yoon estaba tenso y Jimin tocó su espalda notando esta jodidamente sudada. Quiso pensar que el chico tenía fiebre, además, no parecía moverse y supuso que aún dormía y su movimiento repentino no era más que eso, un movimiento. Pero yoongi lanzaba un gran suspiro retenido de paciencia. - ¿Yoongi? ...-Susurró Jimin, volteando el cuerpo del platinado, el chico estaba agitado y Jimin lo notó, prendiendo la antigua lámpara de madera que reposaba en la esquina de su cama junto a la mesa de noche. Con los ojos algo encandilados por la luz repentina, Jimin tocó su frente, estaba muy fría. Yoon no respondía a sus toques y solo lo miraba con los ojos perdidos. - Estaba muerto.. Estaba muerto. . - Repetía una y otra vez en un tono preocupado y ahogado.

El rubio se sentó en la cama y rebuscó entre los cajones de la mesita una jeringa envuelta y la dosis que sedaba a todo humano, sí, la tenia de emergencia. - ¿Quién estaba muerto Yoongi? - Preguntó mientras le daba la espalda al platinado, quitaba el envoltorio de la jeringa y luego rompía el pequeño envase de vidrio color ocre que contenía la sustancia, introdujo la aguja en el agujero de goma y alzó el frasco boca abajo para conseguir tomar la cantidad necesaria. Debía mantener una conversación para llevarlo a la realidad.

- Lo maté yo. No fue un sueño, fue un recuerdo. Fue un recuerdo, un recuerdo. - Deliró cerrando los ojos con fuerza recordando la macabra escena que había creado y sosteniendo en la cordura las ansiosas ganas de repetirlo, Jimin escondió a su espalda la arma transparente, cargada y acercó su mano libre a las mejillas heladas del platinado, acarició de estas y besó cada una, hasta conseguir que el pulso agitado del chico se relajara. Yoongi deliró y dijo un montón de frases sin sentidos que involucraban el asesinato y tortura que había soñado, trataba de relajarlo y lo logró, hizo que Yoon cerrara los ojos tranquilo ante las caricias y besos adorables que eran depositados en su cara húmeda. Hipaba por los sollozos y luego esperó a que se tranquilizara, para eso se guiaba en escuchar los latidos del chico que eran cada vez más regulares.

Era tanta la tranquilidad del hombre que volvió a caer dormido, Jimin se percató de ello y miró la inyección con angustia ¡No era necesario! La lanzó al cajón con basura, angustiado de tener que atacar justamente como le habían enseñado cuando unas caricias bastaban y cerró de este. Tomando su posición en su cama donde los brazos de Yoongi le rodearon con fuerza. Que repitiera tanto lo de aquella muerte asustó al rubio quien recordó el asesino que había sido, pero lo ignoró cuando el hombre cayó dormido en sus brazos, preocupado de su propia mente y forma de pensar al haber reaccionado de esa manera.

¿Por qué le habían enseñado a Sedar gente cuando se les podía tratar con cariño? Auch.

«Tell me I'm an angel, Take this to my grave. »

La mañana llegó, o mejor dicho, las dos de la tarde como era a diario. Jimin despertó y no notó al platinado a su lado pues palmeó la cama buscando su calor, se sentó aun adormilado entre las mantas revueltas y rascó de sus ojos, miró a través toda su área pero no estaba, ni siquiera lo oía.

Caminó por la casa y el baño estaba vacío, al igual que la cocina, pero en la encima de esta habitación había un cuchillo sucio por el jugo de una manzana mal cortada, pues quedaba un pedazo de la fruta encima, supuso que ya había comido y eso le fue un alivio. Fue en busca de sus zapatos, los mismos que traía cuando lo habían secuestrado desprevenido, eran unas zapatillas comunes que se colocó para salir fuera de esa humilde casa que habían tomado luego de acabar con la vida del viejo que según Yoon, era su padre.