Suzuya:

Akane seguía preguntando por Moon, así que decidí llevarla al parque -los dos disfrazados- para entretenerla un rato. No quería hablar de Moon, hoy estaba más triste de lo normal.

Al llegar me senté en uno de los bancos, el cual estaba vacío viendo como Akane jugaba y reía, era increíble que una niña tan pequeña podía ocultar tan bien su tristeza.
De repente una mujer se sentó a mi lado, llevaba un bebé en brazos, aún recuerdo cuando Akane era así...

¿?: ¿Cuál es tu hijo?

Suzuya: Esa. *señalo a Akane*

¿?: Se parece a ti.

Suzuya: No es mía.

Eso la dejó callada durante unos segundos, pero volvió a hablar.

¿?: ¿Dónde está su madre?

Suzuya: Murió.

No quería dar explicaciones.
De nuevo, el silencio reinó a nuestro alrededor.

¿?: Lo siento... *me mira* Soy Anatani, encantada.

Suzuya: Soy Suzuya.

Anatani... "Un nombre bonito", pensé, aunque no podía imaginarme que sería alguien tan importante después de todo.

Anatani: Él se llama Shun, y ella *señala a una niña en un columpio* es Chinami.

Suzuya: ¿Un millón de olas?

Anatani: Sí, nació en una casa cerca de la playa.

Guardé silencio, pues no sabía que decir, pero ella retomó la conversación. Se veía muy interesada en hablar conmigo.

Anatani: ¿Cuántos años tiene?

Suzuya: Siete.

Anatani: ¿Siete? ¡Vaya! Los mismos que Chinami. Podríamos quedar un día para que... *la miro y guarda silencio* ... jueguen.

Suzuya: Oye, lo siento, pero después de lo de su madre no quiero nada.

Anatani: ... no me refería a eso.

Yo me levanté y me fui acompañado de Akane, "que poco tacto tiene la gente", pensé.

[...]

Volví a encontrármela en el mismo parque, sentada en el mismo banco y, no sé muy bien por qué, pero me senté a su lado.

Anatani: Siento lo de la otra vez, no era mi intención.

Suzuya: No te preocupes...

Akane y Chinami parecían llevarse bastante bien, quizás no era mala idea lo de quedar.
Akane necesitaba amigos de su edad, no era la primera vez que la veía hablando sola.

Suzuya: ¿Mañana podríais venir al parque? Por las niñas, claro está.

Anatani: Claro, claro. Por las niñas. *sonríe* Sí, mañana nos viene perfecto.

[...]

Anatani resultó ser de gran ayuda en el cuidado de Akane, pues ella necesitaba una figura materna, aunque, francamente, prefería a Moon en todos los aspectos.

Anatani: Suzuya... creo que debo contarte algo.

Suzuya: Dime.

Anatani: Aquella vez me acerqué a ti porque... *suspira* porque Moon está viva, y yo sé donde está.

Recuerdos manchados de sangre (Moon II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora