Suzuya: ... ¿cómo puedes decir eso? ¿¡Qué clase de persona se supone que eres!?
Anatani: No, no, Suzuya... no es una broma, te lo juro. Está viva.
Suzuya: P-pero... yo vi su cadáver.
Anatani: Era falso, por favor, créeme.
Suzuya: ¿¡Dónde está!? ¡Tengo que salvarla!
Anatani: No, no puedes ir. Al menos no ahora. Es peligroso.
Suzuya: ¡Me importa una mierda! ¡¡Debo salvarla!!
Anatani: Por favor, escúchame. Yo trabajo para ellos y...
Suzuya: ¿Ellos?
Anatani: Sí, los que tienen a Moon. Yo trabajo para ellos.
Me levanté sin decir nada, era demasiada información de golpe.
Anatani: Suzuya... por favor, te diré donde está, pero necesito que esperes.
Suzuya: ¿... hasta cuándo?
Anatani: Quizás unas semanas, si descubren que me he ido y que estoy en contacto contigo tratarán de sacarla del país y estarán más indefensos. Ahí podrás atacar y salvarla.
Suzuya: ¿... por qué me ayudas si trabajas para ellos?
Anatani: Porque no me gusta lo que le están haciendo.
Esas palabras lograron encogerme el corazón, ¿qué le estaban haciendo? ¿Se habían atrevido a tocarla? En ese momento juré matarlos a todos.
[...]
Cuando Anatani me avisó de que iba a trasladarla le pedí que se quedara con Akane. No le había dicho nada de que su madre seguía viva porque temía hacer algo mal.
Me encontraba a un lado de la autopista por la que Anatani me había garantizado que pasarían con ella. Me había descrito el coche, el conductor... ahora sólo faltaba esperar.
Yo miraba el reloj impaciente, no podía esperar para verla.Entonces la vi, aquella furgoneta negra conducida por aquel hombre... la furia me pudo. Sin pensarlo dos veces, saqué mi quinque y corrí hacia el automóvil. Me coloqué delante de él haciéndolo frenar.
¿?: ¿¡Pero qué coño haces!? ¡Sal de ahí!
Apreté mi quinque y caminé por la derecha del vehículo pinchando sus ruedas y, al llegar a la parte de atrás, rompí el candado de la puerta dejando ver a una gran cantidad de hombres armados y a Moon sedada.
Yo sonreí sádicamente.
Suzuya: No sabéis lo que acabáis de hacer...
Comienzaron a dispararme, pero con ayuda de mi quinque logré esquivar y parar las balas para poder comenzar a atacar.
Sangre, sangre, sangre... la sangre inundaba el camión.¿?: Para si no quieres que la mate.
Dijo una mujer a mis espaldas con Moon agarrada “¿Cómo lo ha hecho?”.
Sin pensarlo dos veces solté el quinque, demostrando que efectivamente me rendía, no podía permitir que la matara.¿?: *sonríe* El amor te convierte en un débil estúpido...
Ella me apuntó con el arma y yo cerré los ojos, pero sólo escuché como algo caía al suelo. Cuando volví a abrirlos vi a una chica rubia cargando a Moon.
¿?: ¿Tú eres Suzuya?
Yo asentí.
¿?: Soy amiga de Anatani, me ha pedido que te ayude.
Ella me entregó a Moon y yo me la llevé a casa, donde Akane terminó llorando al ver a Moon allí.
Tardó unas horas en despertar, pero cuando lo hizo los tres nos convertimos en un mar de lágrimas.Moon: Os quiero, os quiero, os quiero mucho...
Yo no pude más y, en cuanto dejamos de abrazarnos, la besé.