El cuadro de tu boca - Historia Aiteda

Los periodistas

Narra Aitana

Estaba desesperada, no sabia que hacer, a donde debia ir, le quería tanto...

Sono el movi

-Hola Roi
-Hola Aiti, como vas?
-Bueno, estoy viva
-No digas eso, tienes que intentar recuperarte, salir a la calle, hacer cosas
-Nose porque se alejó de mi del tal manera
-Bueno, él...él cree que volvistes con Vicente, y que lo de irle a buscar era solo un juego
-Pero de donde sacó esa idea?
-Él..fue a casa de Vicente
-Que? como? este tio...colgué de golpe, estaba muy cabreada y rabiosa con él, no creía que mentiras llegaba a decir de mi, de nosotros.

Cojí un taxi y me fuí a su casa, una vez llegué, me dí cuenta al momento que no debería haber ido. Estaba rodeado de periodistas, y en cuando me vieron se echaron encima de mi.

Todos gritaban mi nombre, me hacían fotos y preguntas que ni siquiera entendia. Me puse nerviosa, no entendia que hacía la prensa en su casa.

-Ahí esta, mi chica! me besó la frente.
como que su chica? de que esta hablando? no tuve tiempo a reaccionar que lo ví arrodillado delante de mi. Los fotografos se acercaron todavía más a mi, notaba que me faltaba el aire.

-Aitana, siempre te he querido, y siempre te querré, a pesar de todo lo que hemos pasado, aunque te alejaras de mi para ir con...Luis, y dejarme a mi yo te perdoné, y lo haré siempre.
-Atiana Ocaña, quieres casarte conmigo?
Esa frase me paralizó por completo, que estaba haciendo, despues de abusar de mi, de mentir a Luis, de hacerme la vida imposible, me pide que me case con él??
-Y bien? vas a responder?
-No creo que sea ni el lugar ni el momento para hacerlo.
Me giré y me dirigí hacía el taxi de nuevo.

-Bueno, aunque no lo haya dicho, se que su respuesta es un si, rió delante de los periodistas.
Esa risa odiosa despertó algo en mi, no podía callarme.
-Nunca te diria que si.
Todos se giraron para mirarme.
-Me parecía una falta de respeto decirlo delante de todos, pero parece que es lo que quieres así que...
-No, no quiero casarme contigo, estoy enamorada de Luis, quiero a Luis.
-Lo siento, pero esta no es la vida que quiero vivir.

Me gire rapido y subí al taxi, me dirigí a casa de mis padres, necesitaba tener un apoyo en ese momento, y ellos lo serían siempre.

En pocos minutos, las redes sociales estaban revueltas, gente apoyandome y gente en contra de mi por tratar de esa forma a Vicente.
La gente le defendia, incluso le insultaba e amenzaban por lo que hice, por hacer lo correcto. Decidí apagar el movil y olvidarme de todo, suspire profundamente.
-Por fin en casa.