La noria

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Pase la noche entera con Ana, echaba de menos esos momentos recordando la academia, la promo que hicimos juntas, la gira o simplemente los momentos en los que estabamos juntas aunque fuera en silencio. Ana siempre habia sido como mi hermana mayor, mi protección, mi calma y mi alegria.

-Aitana despierta!
No podia abrir los ojos
-mmmmm...es pronto, demasiado pronto, abri un poco los ojos y vi que aún estaba oscuro
-Por eso mismo hay que levantarse, arriba!
Ana tiró de mi brazo y me saco de la cama
-Toma, ponte esto. Ana me dio el jersey verde de Luis, unos pantalones blancos y unas botas.
Me vestí casi con los ojos cerrados aún agotados por el sueño.

-Ponte el abrigo, tranquila, con el frio que hace te despertaras de golpe.
Abrió la puerta que daba a la calle, una rafaga de viento impactó de golpe en mi cara, me agarré a mi cuerpo con fuerza.

-No vas a decirme a donde vamos?
Ana dió una calada al cigarro y respondió
-Que prisa tienes en saberlo? tu confia en mi, me dio un golpe con su mano en el brazo.
-Si confiar confio, solo quiero assegurarme de que valió la pena salir de esa caliente y blandita cama.
-Valdra la pena
Seguí a Ana, las calles estaban vacias, no se veía a nadie, solo algun coche que pasaba rapido a nuestro lado.
Ana no decia nada, simplemente se dedicaba a andar, y yo cada vez tenía más intriga para saber hasta donde llegaria ese maravilloso plan.

Llegamos a la noria, Ana se planto delante y se giró para verme.
-Que hacemos aqui? esta cerrada, quieres hacer cola para subir la primera?
-No bien bien. Me agarró el brazo y nos acercamos más a ella.
Ana me tapó los ojos con sus manos y me hizo andar.

-Ana como este plan no acabe en una cama maravillosa no creo que tenga senti....Destapó mis ojos y mi boca se abrió por completo.
Era incapaz de decir palabra, creo que ni podia ser capaz de soltar palabra.
-Creo que esto es mejor que una buena cama verdad? Ana rió, era incapaz de girarme para responderle, solo podía mirar enfrente, y allí estaba, inmóvil, mirandome fijamente, con un abrigo negro y largo y unos tejanos azul oscuro.

Se acercó a mi al ver que no habia reacción en mi, cada paso que hacía hacía mí mi corazón latía con más rapideza de lo normal, creía que saldria de mi en cualquier momento.

-Si que es mejor que cualquier cama caliente.
Ana se echó a reir al oir mi respuesta. Luis levantó su brazo y apartó el pelo de mi cara. Acarició mi cara suavemente hasta llegar a mi barbilla, la levantó con cuidado y me beso, note sus frios labios entrar en contacto con los mios, un choque de electricidad recorrio todo mi cuerpo.

-Ven, tengo una sorpresa para ti. Besó mi mejilla y agarró mi fria mano.
Nos acercamos a la noria y abrio la puerta para que subiera.
No se como consiguió que funcionara, subimos juntos, ese momento estaba siendo perfecto.
Se sentó a mi lado y sacó de su mochila una manta y me la echó encima.
-Gracias, dije timidamente, era incapaz de decir media palabra sin tartamudear.

A medida que subiamos se iba haciendo de día, seguiamos abrazados, apoyando mi cabeza en su hombro.
Un ruido hizo que me alarmara.

-Tranquila, solo hemos llegado arriba y se para.
-Ven dame la mano
Me levanté con cuidado y me acerque a él, había unas vistas hermosas de Andorra, de sus montañas, de su rio. El sol empezaba a salir y teñia el cielo de rosado.

-Aitana...Luis estaba serio, y me miraba fijamente.
-Nunca me mi vida he sentido eso que estoy sintiendo por ti, agarró mi mano.
-Cuando estoy contigo siento paz, siento seguridad, estar contigo significa casa, y a la vez miedo.
Nunca me habia detenido a pensar realmente en que sentia por ti. Cuando salí de la academia, vi todos esos momentos que pasamos juntos, todos esos recuerdos, y pensé, que quería que fueran eternos, que nunca dejaran de pasar.
-Aitana, comprendí, que a tu lado puedo ser feliz, que a tu lado puedo ser yo mismo, que no tengo miedo a ser juzgado, tu me completas.

No sabia que decir, solo podia mirarle fijamente y agarrarle fuermente las manos. Mis lágrimas corrían por mis mejillas.

Luis se arrodillo ante mi.
-No puedo vivir sin ti, no quiero estar sin ti
-Aitana, quiero que esto sea para siempre, que esto no acabe nunca.
-Aitana Ocaña, quieres...quieres casarte conmigo?
Me quedé en shock, Luis me miraba fijamente y yo era incapaz de moverme, de decir nada.

Suspiré.

El cuadro de tu boca - Historia AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora