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– quería agradecerle por haberme invitado hoy a su casa, señor Quiroga. – agradeció Lauren extendiéndole una mano en un gesto de saludo a Alejandro y este con algo de recelo acepto tu mano.– Para serle sincero no fui yo quien decidió invitarla a almorzar, fue mi esposa. – Keana interrumpió a su padre disculpándose con la madre Jauregui por el extraño sentido del humor de su padre. Finalmente llegó Sinu y se disculpó por tardar, aunque claramente Alejandro le hizo un interrogatorio para saber el por qué de su demora y ella como siempre lo hacía rindió cuentas de todo. –¡Familia! Llego la tía Angela. – una Camila muy alegre venía entrando por la gran puerta, pero al momento de toparse con la madre Jauregui su expresión cambió y sonrío con amplitud.– madre Jauregui... está aquí. – dijo ella bastante contenta con aquel echo lo que de inmediato llamó la atención de Alejandro. – ¿ustedes ya se conocían? – preguntó él y su hija, Camila respondió para luego presentarse frente a la madre Jauregui.– mi nombre es Camila Cabello Quiroga.

Fue una larga tarde entre presentar a Lauren con todas las familias de la misma clase social de los Quiroga y entre muchas charlas con algunas personas del pueblo, pero sin duda la pequeña Camila había llamado muchísimo la atención de la madre Jauregui con ese toque inocente y sus vestidos perfectamente planchados y largos haciéndola lucir realmente tierna.

Narra Camila

Vi a la familia conversando muy animadamente con la madre Jauregui y corrí hacia ellos para saber de qué hablaban y era lo mismo de siempre, las clases sociales. – Yo opino que hay mucha pobreza  y eso...– no alcancé a terminar ya que mi padre me hizo callar haciéndome ver como una ridícula y Jauregui no apartaba su mirada de mí haciéndome sentir muy avergonzada. Mi madre comenzó a preguntar por mis clases y para evadir que continúen retándome decidí dar media vuelta e irme, pero lamentablemente mi padre me siguió para dejarme en claro lo mucho que odiaba que me metiera en las conversaciones de los adultos, aunque ya me faltaba muy poco para convertirme en una seguían tratándome como a una niña pequeña. – está bien papá, entiendo. Papi, iré donde Ally. – el accedió, pero lo que no sabía era que en realidad iría con Austin. Llegué donde acordamos vernos y ahí estaba de espaldas sentado sobre una roca frente al lago. Me acerqué sigilosamente y cubrí sus ojos, pude saber que estaba sonriendo por la manera en la que sus preciosos hoyuelos se marcaban –Sabía que no me ibas a fallar, princesa. – aquello me hizo reír y me lancé a sus brazos diciéndole lo mucho que lo quería y lo loco que estaba, a lo cual él respondió que era yo la causa de su locura.
Así transcurrió la tarde, mi familia en el almuerzo sin tener idea de que yo estaba con Austin, el hijo de la empleada. Se hizo un poco tarde por lo tanto decidí volver, Austin se ofreció a acompañarme y lo hizo hasta que nos acercamos más al pueblo y decidí ir sola para evitar cualquier cosa.– Austin, en serio. Déjame hasta acá, puedo irme sola. – dije con algo de temor y le di un último beso, hasta que vi un auto acercarse, nos separamos de inmediato y comencé a caminar a paso rápido lejos de Austin en dirección al pueblo y al acercarme al auto vi de quién se trataba, era la madre Jauregui. Me sonrió y preguntó en donde andaba y yo por supuesto contesté que donde Ally luego ella siguió tras dedicarme una sonrisa y continuó en su carro y yo seguí caminando con Austin detrás de mí. –Camila, no te vayas. Déjame acompañarte.– suplicaba y no daba importancia a sus palabras por el miedo que me causaba que la madre Jauregui nos hubiese visto.– ¡Austin no! La madre nos vio y le puede contar a mi padre. Basta, no nos arriesguemos más, nos vemos. – dicho aquello comencé a correr hacia el pueblo para ir a casa y tener que bancarme a mi hermana con sus preguntas e idioteces.

Perdona Nuestros Pecados (Camren g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora