Un tanto peculiares

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Delicada piel nívea ha de rozar
cuerpo áspero de su ser opuesto más allegado,
imaginaria piel lóbrega siente en su lecho,
aunque al dormir esté en ausencia.

Comienza a sentirse hastiado,
dos caras peculiares hasta confuso y exasperado,
y su empíreo nunca aparece,
huyendo lentamente a otro lugar en su existencia.

Decisiones se han vuelto verídicas,
subconsciente desplazado a un lado,
donde incurre entre caras peculiares,
senderos desiguales, sintiéndose precipitado.

Su ágil mente grita, su alma obedece y sin pensarlo
se pierde entre rostros distintos,
cierra sus ojos imaginando realidad pintada
en otros cuadros y demás escritos.

Impetuosas marcas que iluminan de aquella piel nívea
un poco desgajada, creciente deseo inminente
se abate entre besos, caricias y calurosas embestidas,
su oscuridad se opaca,
donde relega los pensamientos, una mente despojada,
pero saciándose entre afectos renacientes
que ya han errado, teme a las partidas.

Ser tan menesteroso,
donde la riqueza de su alma no conoce lo incondicional,
pero se ha enamorado tanto que perderlo
todo sería el descansar eterno,
y se derrocha en su caudal,
conociendo asimismo lo cercano del averno.

Liando sus emociones tiende a osar su pena
en largos momentos silenciosos,
olvidando haber imaginado alguna vez el olor
de su piel recién salida del baño,
donde la barahúnda de sus pensamientos
y su mente cansada perciben el daño.

Cada lunar, quienes dichosos en su piel están,
acariciar con delicadeza,
sus manos imaginariamente con su deseada
piel lóbrega se encuentran,
y aunque os diga que su ser y su voz
le provoque verdadera franqueza,
entre susurros siente pedir más,
siendo solo pensamientos que penetran.

Amar a quien le ama
y se confundirse en su propio pensamiento,
y escuchar a quien no le escucha,
llorando a quien no le llora.

Olvidándose de momentos
y recordándole en cada epifanía,
siendo feliz en su realidad,
su fantasía siempre en melancolía,
enamorado, acreedor de un sentimiento
el cual siempre añora,
atándose a la ausencia
de un ser soñado que él nunca correría.

El empíreo tan lejos cuando se confunde,
solo quiere paz interna,
y echa un paso buscando de ella,
aunque sin ayuda para tenerla.
El averno ingrato sería sentencia
a indagar tranquilidad eterna,
tan solo el amor es la salvación
a conseguir la paz que considera. 

11-07-2014

Mente oscura (poemario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora