-Niall- dije mirándolo a los ojos- te extrañaré mucho ¿sabes?
-Lo sé, yo también te extrañaré.- Me abrazó fuerte, de una manera tan cálida y protectora. No quería salir de ese escudo jamás.
-¿Me vendrás a visitar?
-Linda, tengo que terminar un tour. Lo siento, si fuera por mi me quedaría contigo siempre, pero no quiero decepcionar a mis fans.
-Esta bien, tienes razón- dije sonriendo melancólicamente.
-Haré todo lo posible para no perder contacto contigo, te has vuelto muy importante para mi.
-Tu igual…sigo creyendo que esto es sueño de todos modos.
-Es más real de lo que crees princesa- me abrazó una vez más.
-Tengo una idea -dije sonriendo- ven pasa.- Lo jalé del brazo hacia mi cuarto y tomé un collar de tela que me había hecho mi abuela antes de fallecer y se lo entregué.
-¿Qué es esto?
-Es un collar -se lo amarré- lo hizo mi abuela, y quiero que lo cuides por mi. Así, cada vez que lo mires me recordarás y tendrás que regresármelo cuando nos volvamos a ver.
-En ese caso, toma.- Y me hizo entrega de una pulsera de tela, se parecían mucho.- Es mi pulsera de la suerte, la uso todos los conciertos. Así cuando yo te devuelva tu collar, tu me devolverás mi pulsera.- Me sonrió tiernamente.
-Es un trato. Pero aun así tenemos que sellarlo ¿sabes?
-No pienso cortarme mi mano.- Reí ante su rostro de pánico.
-No tontito, así se cierra un pacto entre nosotros.- Lentamente subí mi mano hacia su nuca y, sin dejar de apreciar sus ojos, me acerqué lentamente a su rostro. Él al darse cuenta de lo que hacía, tomó mi cintura y me atrajo suavemente a él, cerrando los ojos para sellar nuestro trato con un beso. Nuestros labios danzaban ante la melodía del viento, con una sincronía impresionante, como si estuviéramos conectados, o hechos el uno para el otro. Al separarnos para tomar aire, nos miramos a los ojos.
-Prometo volver a verte y regresarte tu collar.- Susurró en mis labios.
-Prometo que yo te regresaré tu pulsera.- Dije y acaricié su mejilla.
-Ahora me tengo que ir, mañana me voy temprano.
-Está bien. Creo que no podré ir a acompañarte, tengo escuela.- Rió despacito.
-No hay problema. Hablaremos por twitter. Luego me pasarás tu skype y facebook, ¿okay?
-Si, cuando quieras.- Sonreí.
-Bueno, ahora si me voy.- Me besó cortamente en mis labios.-mañana te mando un mensaje.
-Okay, adiós…y cuídate Niall. -Dije triste.
-Lo haré.-Y salió del mi cuarto, bajando cuidadosamente de mi balcón.
Siento que esa fue la despedida más corta que jamás había tenido en mi vida. Nunca me había dolido tanto dejar ir a una persona que había conocido en tan poco tiempo. ¿Cómo se había hecho tan importante para mi? No era porque era famoso, ni rico, estoy segura que no era por eso. Era por ser él mismo: Niall James Horan.
