Capitulo 2.

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Llorar era tan fácil como respirar, las pesadillas eran tan dolorosos como la realidad, la curva que hacía mi boca era más fácil que decir lo que sentía, mirar el techo a esta hora de la mañana, era como ver la luna sin estrellas, mi cuerpo estaba deshecho, las cobijas de mi cama pesaban en mi cuerpo, era el amor más enfermizo que me podía imaginar, no entendía como llorar tras dos meses era la solución perfecta para salir de mi condición.

Pararme de la cama era como intentar ver un espejismo, ni siquiera podía verme a través del espejo, no quería ver el monstruo que me había vuelto, no quería ser la persona que era, pero mis sentimientos eran muy débiles para luchar. Aun me pregunto el hecho de porque no quise entrar a la habitación, a lo mejor me hubiera ahorrado todos los pantalones que dejaron de quedarme buenos, pero tengo miedo de ver sus ojos, que su ojos miren los míos como si estuviera conociendo a alguien nuevo.

Me levante de mi cama y tome una ducha rápida, tome la mochila y baje tan rápido para no encontrar a mamá pero fue tan tarde cuando su voz me tomo por sorpresa:–Ni te atrevas Melissa Simpson –Dijo y ladee la cabeza para atrás, quería evitarme una charla.

Me volví hacia ella y camine hasta la mesa y mire el plato de comida, inmediatamente el estómago se me cerro y siento nauseas, ella me obliga a sentarme y miro el plato sin ganas, mamá se puso al frente mío y suspiro rendida:–No puedes dejar de comer así, no puedo permitir que te enfermes. Entiendo quién es Harry, pero no es justo Melissa que ahora te eches a morir por algo así.

No digo nada, solo permanezco en silencio y empiezo a comer, el dolor de estómago me invade, llevaba días sin comer tanto. Cada cucharada en mi boca era supervisada por mi madre y no fue hasta que termine el plato que pude salir de casa.

Las nubes tapaban el sol, empezaban a caer gotas pesadas encima de mi cuerpo, pero el sonido que hacía era como una melodía para descansar, era la sintonía perfecta para la tristeza y la soledad, era como si el alma se destapara para gritar lo amarrada y desesperada que estaba por estar bien otra vez.

Llegar a la escuela era un caos, era ver lo mismo todos los días, era como ver sombras pasar por delante de mí, era ver cada tipo de persona en un solo lugar, era ver como sonreían al frente mío, era sentir envidia por los que vivían mientras yo existía, era todo lo que me dolía, pero todo lo que soportaba. Me acerque a mi casillero para meter mis libros, cambiar de materias y seguir con el día agotador, pero los murmullos se presentaron en mis oídos, su nombre resonó en mi mente, todos hablaban alrededor, y solo me costó voltear noventa grados la cabeza, para verlo ahí, con su sonrisa, con su cabello revuelto, con sus hoyuelos, estaba ahí siendo él y yo estaba aquí sin su voz, el aturdimiento de alma me persiguió de inmediato, ahí estaba él, la razón de mis lágrimas, de mi insomnio.

Recuerdo.

La entrada de Harry Styles, era tan absorbente en esta escuela que era patética, todos se morían por estar a su lado, la brillante estrella de futbol americano entrando a la escuela era como si estuviera entrando el mismísimo presidente, era estúpido. Los suspiros de las chicas, los chasquidos de los chicos, los choques de manos con sus amigos, combinado con su risa escandalosa y su voz resonante, eran acompañados por su caminar.

–Vamos, Mila cierra la boca, creo que vi saliva salir de allí –Río y ella me mira enojada.

–No es por él... –Empieza a replicar.

–Es James, lo sé, lo sé.

Mila Hunter era la mejor amiga que te podías imaginar, su belleza era tan sobrenatural que no me sorprendía que consiguiera lo que quisiera, toda una porrista, tan buena que era incapaz de dañar a alguien.

–No entiendo por qué tanto alboroto por Harry –Suspiro caminando a su lado.

–No lo sé, es el capitán del equipo de futbol, es alto, es guapo, es el novio de la más... –No decimos la palabra, pero sabemos que se refiere a la más zorra.

–Es patético –Bufo.

Fin del recuerdo.

Era patético que mi alma estuviera consumada, había llegado al baño y no había parado de llorar, estaba ahí con mis piernas recogidas, esperaba no verlo más, olvide que estudiábamos en la misma escuela. Ahora estaba aquí, y yo era solo una chica enamorada de él, solo era transparente para el amor. Los pequeños golpes a la puerta me hicieron salir de mis pensamientos, calle mis sollozos y no dije nada.

–Puede abrir, soy yo.

–Mila... vete –Pido con mi voz hecha un hilo.

–Sabes que no lo haré –Replica y yo enloquezco por dentro, siento que ella se ha sentado al otro lado de la puerta. –Escucha –Dice –Sé que es duro, sé que te siente perdida, pero no me alejes más, quiero ayudarte, no puedo verte hundida, no puedo ver como mi mejor amiga acaba con ella misma. Melissa, nadie te pide que superes a Harry, ni que hagas como si nada, pero lo único que queremos es que no te destruyas.

–No quiero nada –Digo con el nudo en mi garganta.

–Tienes que ser fuerte, porque quiero ayudarte, pero tienes que dejarme acercar –Traga saliva –Estuve suficientemente alejada, ahora te pido que vengas aquí ahora, no te dejaré caer más.

Me paro y salgo, ella también se pone de pie y me observa, se echa a mis brazos y me abraza, sus brazos no terminan de cerrar mi cuerpo y me mira preocupada:–¿Qué ha pasado contigo? –Dice aterrada y triste, y no evito sentirme mal, no puedo dejar el dolor de estómago que me invade.

Sé que he sido dejada por mí misma, sé que mi apariencia debe estar terrible.

–¿A dónde quieres ir? –Pregunta y vacilo por un momento, tenía miedo de salir y verlo, verlo con Hannah, verlo normal y me aterro.

–Quiero ir a casa –Sollozo.

–No podemos, lo sabes –Aprecia y yo asiento sorbiendo –¿Café?

–Me parece bien.

Ella acepta y sale por la puerta, pero yo me quedo estática, el miedo invade mi cuerpo y Mila bufa, me toma de la mano y la aprieta:–No lo vamos a ver, lo prometo.

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AMNESIA. |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora