Capitulo 3.

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Salí del baño como si pudiera evitar las miradas que se aproximaban a mí, sabía que pensaban, "Hey miren, la chica que era novia de Harry...¿qué fue lo que paso con ella? Oh verdad, él la olvido" Mi corazón era bombardeado por mis pensamientos, y mi cerebro era bombardeado por su olvido.

–Vamos a mi auto –Dice Mila y yo asiento.

El silencio entre nosotras era presente, yo solo me dedicaba a mirar la venta y veía como las gotas tapaban en un terciopelo delicado la ventana, ni siquiera hubo el tiempo de poner un poco de música, lo mejor era que mi dolor tapara el silencio, era mejor que ella entendiera que me sentía en un vació inevitable.

Ella aparca afuera del café y miramos como las calles son tapadas por la lluvia.

–Es mejor que esperemos un momento, aunque amas mojarte –Dice más para ella y yo la miro.

Había olvidado cuanto me conocía Mila, sin embargo me quede ahí sentada, esperando que la lluvia descendiera, esperando por el sol salir y borrara lo que había causado un día gris. Quisiera ser así, que el sol borrara las marcas de tristeza que abarcaban mi ser.

–¿Todo está bien? –pregunta mi amiga sacándome de mis pensamientos.

Voltee a mirar a Mila, quien miraba sin entender, solo sentada observándome sin plena aceptación de lo que sucedida:–Sí –respondí desprendiéndome de la ventana, mirándola con una sonrisa sin emoción, ella solo mantiene el silencio como si supiera que si empezaba a hablar me iba a bombardear.

–Bajemos, ya está suavizando la lluvia.

Dice y se baja del auto, sé que la incomodo, sé que la estoy aniquilando a ella también y no sé cómo pararlo, no sé cómo hacer para dejar de transmitir daño. Me bajo del auto y entro donde segundos antes mi amiga había entrado, me señala que me haga en una mesa mientras ella pide los cafes, y no dejo de pensar, en como parar el sufrimiento, tenía que pararlo, Harry había vuelto y si seguía así iba a morir. Mila puso el vaso a mi vista y se sentó al frente mío.

–Lo siento –dije mirando a la taza

Ella me mira sin entender.

–¿Por qué?

–Por haberte alejado de esa manera –Suspiro –Por ser así, por... por –Sus palabras me detienen.

–Creo que necesitabas un espacio –dice sonriendo y me aterro como alguien podía ser tan bueno.

Sonreí y tome un poco de cafe, volví a mirar a la ventana que estaba a mi lado.

–¿Cómo están las cosas con james? –Pregunto para dejar de sentir que todo se trata de este laberinto sin fin.

–Om, bastante bien –Corta de inmediato.

Otra vez volvimos al gran silencio

–Melissa, sé que ha sido duro, sé que posiblemente creas que es el fin de todo, pero, querida no lo es, solo estas en una etapa –dice poniendo su café en la mesa –donde te estas ahogando tu misma, debes dejarlo ir.

Me quedo contemplando a mí amiga, porque sé que tenía razón, pero tal vez no entendía la dificultad de respirar cuando alguien que amas no está, o lo difícil que era pensar que no te tenía en sus recuerdos, que ahora eras nada, sé que tenía razón, pero olvida que no puedo dejar de sentir tal fácilmente.

–No sé cómo hacerlo –murmuro.

–Yo tampoco, pero lo lograremos. –Dice dándome una de sus mejores sonrisas–¿Has dormido bien?

–Duermo a cada momento, pero a pesar de dormir tanto, aún me siento cansada.

–Tienes cansancio mental, estas cansada de la vida, aburrida de todo, así se comienza el pensamiento suicida, con ganas de dormir para desaparecer de este planeta, pero a pesar de dormir mucho sigues cansada, ya que no descansas –Explica como si supiera cada una de las cosas que me pasan, yo la miro sorprendida.

–Tal vez... si así es –digo mirando hacía el vació, como si mi alma se estuviera consumiendo.

–¡Ya basta! –Dice frustrada y sacándome de un trance –Ya deja de mirar al vació tus ojos se oscurecen y tu rostro se palidece, es como si murieras siguiendo viva.

Baje la cabeza, no tengo a donde más mirar, es decir no tengo nada que hacer sino es mirar a un punto fijo, para dejar de sentirme abrumada por todo lo que me rodea, y ni siquiera tenía idea lo que en realidad pensaba, era una clase de crisis emocional o era una manera de encontrarme a mí misma, también se formaban peleas irracionales en mi cabeza.

–Lo siento –Me excuse –Es... la costumbre.

–Entiendo –Suspira y me voltea a mirar –¿A qué hora sucedió todo esto? ¿A qué hora nos alejamos tanto? –pregunta con el ceño fruncido, suspire en respuesta.

–No lo sé, Mila.

Recuerdo.

–¡Melissa! ¡Melissa! –Su voz me persigue y yo intento correr lo más rápido que puedo, sin embargo sus pasos van iguales a los míos.

–¡¿Qué carajos quieres?! –Digo enojada conmigo, enojada con ella, con la vida tal vez.

–¿A dónde vas? –Pregunta su voz sin entender –¿Por qué quieres que te deje?

–Déjame en paz –Hablo puntualizado –No necesitas entenderlo, solo... déjame.

Mis pasos se alejan de ella, no sé por qué, solo quiero que el mundo me deje de perseguir, tal vez solo quería dejar de recibir ayuda, no quería ser feliz, como si la sombra estuviera bien para protegerme, como si pudiera sobrevivir sin el sol. Como si pudiera dejar de respirar y alejarme del mundo me ayudara para dejar de estar en lo que me daña.

No quería que alguien quisiera hacerme sentir bien, entonces supe que sentirme miserable me sostenía viva.

Fin del recuerdo. 

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AMNESIA. |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora