Fui siguiendo la melodía y lentamente camine por los pasillos hasta llegar al lugar alejado de donde provenía la música, pude ver a un muchacho de espaldas, en sus manos tenía una guitarra y se mecía hacia los costados lentamente mientras entonaba una canción con su voz.
Me acerqué más para poder escucharlo mejor, la canción era lenta, transmita tranquilidad y al mismo tiempo lograba que una soledad te inundara el alma.
Quise ver su rostro y me incline hacia arriba estirando mi cuello causando que tropezara con algo en el suelo y que mi cabeza se golpeara con un estante haciendo que varios libros cayeran al suelo creando un ruido estrepitoso.
-Mierda-sentencie y rápidamente mi corazón empezó a latir acelerado mientras rogaba al cielo que el muchacho no haya escuchado nada, pero tal parece que la suerte no estaba de mi lado.
La música se detuvo y con ella mis nervios aumentaron, ¿por qué siempre tenía que meter la pata?.
La vergüenza y pánico inundó mi cuerpo ante la idea de ser atrapada, lentamente alcé mi cabeza y pude ver como un chico alto, de ojos claros y con el cabello revoltoso me miraban con el rostro confundido y el ceño fruncido.
Sentí como un calor subió desde mis pies hasta mi rostro y pude apostar que el color rojo tiñó mis mejillas.
El rápidamente dejo su guitarra en el suelo y se acercó a ayudarme.
-¿Te encuentras bien?.-pregunto mientras me tendía una mano para que me levantara del suelo.
Su voz era ronca y profunda pero tenía un tinte suave, estire mi mano para agarrar la suya y esté suavemente me impulsó hacia arriba para que me pusiera de pie.
De cerca pude observarlo mejor, era pálido , pude notar que sus ojos eran de un café claro y tenía algunas ojeras que le daba un aspecto cansado pero aun así mantenía su frescura, su pelo era negro y estaba desordenado en todas las direcciones, cerca de su boca tenía un lunar y al estar frente suyo comprobé que era alto.
Al notar que me le quede observandolo de nuevo la vergüenza me invadió y decidí responderle.
-Si, solo fue un pequeño golpe.- las palabras salieron alborotadas y con balbuceos de mi boca, me maldije por ser tan torpe.
-¿Estás segura? no parece que estés bien.- dijo mientras me observaba de arriba a abajo con el ceño confundido.
-Si si, no te preocupes estoy bien- hable rápidamente moviendo mis manos señalando mi cuerpo soltando una risa nerviosa.
El me miro dudoso pero luego relajó sus hombros y sus ojos perdieron ese tinte preocupado.
-¿Qué estabas haciendo allí?- cuestionó mientras ponía una sonrisa ladeada en su rostro y señalo el lugar del suelo donde había caído al estar espiandolo.
¿Quieren que les cuente algo curioso de mi? soy una pésima mentirosa, según mamá dice que mis manos empiezan a temblar cada vez que miento.
No le podía decir que lo estaba espiando, creería que soy una psicópata acosadora fan, rápidamente mi mente empezó a idear mentiras para salir librada del embrollo en que meti.
"Oh solo estaba pasando por aqui y tu caliente voz me llamó la atención"...No, definitivamente no soy buena para las excusas.
Desesperada mire hacia los costados y tome un libro del suelo sin leer el título.
-Solo estaba buscando este libro para leer- sentencie con torpeza y maldije internamente al ver que una de mis manos temblaba disimuladamente
Su mirada se tiño de diversión y una sonrisa burlesca se plantó en su rostro.
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La última canción. (Pausada)
Teen FictionPasillos fríos, paredes blancas y un cóctel de medicamentos son plato de cada día para Itzel. Desde que ingresó al hospital su vida se ha sumido en una constante rutina y desesperada por algo de normalidad, intenta hacer los días más ligeros a pe...