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Las sonrisas, las palabras, y el momento perfecto para saltar al agua.

No todo fueron peleas, desacuerdos y batallas.

Hubo una parte, extensa en su minúsculo espacio, que aún brilla por el sol.

Los momentos bonitos, acompañados de miradas de ojos azules, se dispersan por mi memoria.

Tus labios rozando los míos, tus manos rodeando mi espalda, tu mejilla en mi hombro, mi pierna entrelazada.

No fuimos algo, pero tampoco podemos decir que nada.

La pradera, testigo de pecados no nos confesó nunca lo que pensaba.

Palabras que nunca me dijisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora