XVI

61 11 0
                                    

No éramos amantes de la cocina.

Ni de la música.

No compartíamos la afición de correr.

Ni siquiera nos parecíamos en cuestión de opiniones.

Yo era la amante del té, los libros y la literatura propia.

Tú eras más de café, revistas y no escribias ni la lista de la compra.

Tus sonrisas oscilaban entre la perfección y lo prohibido.

Tus ojos llamaban la atención desde la distancia.

Y destacabas aún estando en un cubo de basura.

Yo era la del cubo porque mi presencia no encandilaba a nadie.

Ni mi sonrisa.

Ni mis ojos.

Palabras que nunca me dijisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora