— Son cinco cajas de pan, padre —La delgada voz del castaño se alcanzó a oír en el despacho común — ¿Necesita algo más...? —JiMin evitó mirar a los ojos al hombre que lo observaba detenidamente justo de frente. El menor intentaba no moverme mucho, debido a que los dolores en todo su cuerpo persistían con intensidad. Era un infierno.
— Claro, necesito ayuda esta noche en mi habitación —El castaño levantó la cabeza abriendo los ojos de par a par. La vergüenza había acabado, aparentemente.
— ¿Q-Qué? —El padre Min dio un paso acercando peligrosamente sus labios a la oreja sonrojada de JiMin. Lamió el lóbulo antes de hablar.
— Hoy tendremos sexo —Besó la mejilla del joven provocando que este bajara más la mirada. JiMin tragó saliva sintiendo sus labios temblar y asintió. El padre Min sonrió y se giró para terminar las diligencias en su oficina cuando una tercera voz hizo presencia en el lugar.
— Tío —El semblante de YoonGi era inmensamente oscuro, pasó cerca de JiMin respirando lentamente y lo ignoró — Ha venido a buscarte Kim NamJoon, dice que te necesita en la plaza hoy.
— Claro, claro. Iba saliendo —Respondió rápidamente tomando su Biblia en su mano y limpiando su rostro con un trozo de tela sobre la mesa — ¿Ustedes terminaron sus deberes? —Ambos asintieron. JiMin frenéticamente y YoonGi con suavidad, mirando a un lado incomodo. — Bien, me voy. Dios esté con ustedes. —Interrumpió a los jovenes antes de que dijeran algo y habló con dureza — JiMin, recuerda lo que te dije.
Con esto cerró la gran puerta de la oficina. JiMin relamió sus labios y retrocedió dos pasos para girarse con el objetivo de salir de la misma forma que lo había hecho el padre Min.
— JiMin —Sintió que YoonGi lo llamó. El castaño miró sobre su hombro admirando el perfil de YoonGi... Era tan... Perfecto — ¿Qué fue eso?
- ¿D-De qué h-hablas? —Preguntó el menor dándose vuelta por completo — Y-Yo... ¿Tú estás bien?
YoonGi se extrañó por esa pregunta pero solo negó.
— Yo debería ser quien te pregunta eso ¿Aún te duele el cuerpo? —JiMin miró a un lado asintiendo — Entiendo...
Un silencio se hizo presente. YoonGi no dejaba de ver a JiMin, pero era extraño; el menor juraría que antes era más confortable, no como ahora.
— B-Bien, me v-voy —El azabache asintió lentamente sin apartar la vista del castaño. Analizó sus expresiones y notó como sus mejillas se teñían de un carmín que lo hacía lucir tan tierno e inocente.
— Ey—Volvió a llamar a voz alta. JiMin mantuvo su mano en la cerradura de hierro de la puerta presionando fuertemente esta— Pensaba en invitarte hoy en la noche a la torre ¿Te gustaría ver algo realmente hermoso?
JiMin se giró casi al instante, con aquellas palabras resonando aún en su mente. Poco a poco una gran sonrisa se fue formando en el rostro de ambos, más en la de menor. Sus ojos se hicieron una fina línea oscura que solo lo hizo ver las vulnerable.
— ¡Si!—La emoción le hizo mover rápido, en un abrir y cerrar de ojos estaba fundiendo en un abrazo al más grandulón. El latido de su corazón fue irregular y contuvo unas lagrimas por el dolor en su recto anal.
Dios, como duele...
— Wow—Las cejas del mayor estaban levemente fruncidas denotando confusión. No por JiMin... O quizás sí, de cierta forma el castaño siempre estaba involucrado en sus preocupaciones. — Te espero al iniciar la misa de la noche. —Susurró sobre el cabello del menor cerrando por unos segundos sus ojos, aprovechó para inhalar el olor de este. No sintió un olor en particular, de hecho, solo percibió un deje del jabón que normalmente se usaba allá.
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DAIMÓN » yoonmin;
Fanfiction》 Porque uno más uno, es igual a uno. Y porque ambos somos uno 《