Parte II

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15 de Septiembre, 2016

7:05 pm

Once horas y 55 minutos para el final de la Noche de la Expiación.

     Alex y yo no hemos soltado nuestras manos desde que se dio el anuncio.

     De pronto me ha invadido un temor desmesurado, imposible de explicar con palabras.

     —Todo estará bien —me asegura con una sonrisa.

     Pero entonces escuchamos los gritos de la casa de enfrente y mi corazón da un vuelco.

     — ¡No! ¡Por favor!

     Un disparo.

     Dos.

     Tres.

     Un correteo y el chirrido de los neumáticos de un auto que se aleja a toda velocidad.

     Alex aferra mi mano con más fuerza y Yolanda se levanta de su asiento para ir a la cocina por un bocadillo. Por alguna razón me siento más segura con ella en casa.

     Y el hecho de tenerla en casa me aterra de igual manera.

     —Tenemos que seguir con la farsa —urge Joaquín y chasquea los dedos frente a mi rostro para hacerme reaccionar.

     — ¡Deja de chasquear los dedos!  —le respondo enfurecida—. ¡Odio cuando haces eso!

     Pero él sólo ríe y toma el mando del televisor.

     Tomo mi teléfono celular y escribo un nuevo estado en Facebook donde digo que ya he matado a tres personas y reto a alguien a que vaya a buscarme si se atreve. Me aseguro de adjuntar una ubicación falsa y lo dejo en mi muro.

     —Veamos una película —sugiere Yolanda cuando regresa—. Me caga que se queden callados como si estuviéramos a punto de morir.

     —Estamos a punto de morir —le digo entornando los ojos—. ¿No te ha quedado claro que todos los crímenes son legales esta noche?

     —No hay razones para que nos maten —sigue diciendo ella—. Lo único que habrá será pendejos cargándose a quien se ponga enfrente y otros irán y saquearán todos los supermercados, las tiendas y esas madres. Si nos quedamos aquí, no nos pasará nada.

     Remata su frase ofreciéndome una taza de café caliente.

     —No, gracias —le digo apartando la taza.

     —Por favor, Alison —se burla Yolanda con su risa cruel—. Si quisiera matarte, no te envenenaría. Iría por un cuchillo y te cortaría la garganta.

     Pellizca mi mejilla y deja la taza de café en la mesa de centro.

     Sé que tiene razón, pero aún así no me atrevo a darle un trago a esa taza de café.

Departamento de bomberos de Ciudad Universitaria, México DF

15 de Septiembre, 2016

7:30pm

Once horas y treinta minutos para el final de la Noche de la Expiación

La Noche de la ExpiaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora