Capítulo 22: Camino

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Narra Tristán

No sé qué putas horas de la mañana son. Este tío me cae bien y mal a partes iguales. Hay veces en las que deseaba partirle la cara y otras en las que me gustaría saber de dónde viene su nombre. Joder, se llama Net. ¿Quién cojones le pone ese nombre a una persona?

Vale que yo me llamo Tristán, pero eso es porque mi padre era un obsesionado de la ópera. Antes de que muriese íbamos con mi madre todos los domingos al teatro. Daba igual lo que se interpretase, que los actores fuesen malos o que el decorado fuera más rústicos que los regalos manuales que yo le hacía. A él le encantaba el arte.

Suelto a Net del brazo, que parece que por fin se ha dignado a hacerme caso. La mano me duele un poco menos, así que mañana tendré que agradecérselo. Esta jodida ciudad tiene todas las calles iguales.

- ¿Tienes datos en el móvil? – le pregunto sin mirarle. Sé que los tiene – Si es así podías poner el GPS para saber dónde estamos y llegar al hotel. A ver si la imbécil de mi prima se ha ahogado en su propio vómito o no.

- No digas eso, Tristán – mi nombre en su boca. Tiene una manera curiosa de marcar la ese. Pasa por encima de ella, sin querer darle importancia, pero otorgándole el poder de serlo todo. – Es a la derecha.

Giro directamente sin prestar atención a nada más. Net se coloca a mi lado y no deja de mirar la pantalla. Creo que no sabe leer un mapa. Normal por otra parte. No tiene mucha pinta de haber necesitado buscarse la vida. Ahora que está a mi lado veo que no tenemos una diferencia de altura muy grande. Pensaba que era más bajito. En un momento que agacha más la cabeza escondiendo la barbilla dentro del cuello de su camiseta, una costumbre que tiene cuando se pone nervioso, veo una ligera cicatriz detrás de la oreja. O bueno, es creo. Debo fijarme más la próxima vez, de día.

Entre ambos hay silencio y la oscuridad de la noche puede cortarse entre nosotros. Por un lado quiero tenerlo más cerca, volver a abrazarlo. Supongo que lo veo como un hermano pequeño. Por otra parte, deseo que esta noche acabe de una santa vez y pueda volver a dormir. Mañana tenemos partido y no habrá dios que nos levante.

Cruzamos un par de calles y pasamos por un boulevard. La verdad que no recuerdo haber venido por aquí antes. Cuando ya estoy desconfiando de la aplicación veo el coche de Diego. Hemos llegado. Debería estar contento porque estoy más cerca de irme a la cama, pero siento un pinchando de tristeza.

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⏰ Última actualización: May 05, 2018 ⏰

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