El oficial Ramírez, junto a Martínez, interrogaron a la madre de Antonio Valencia, la segunda víctima de los asesinatos del velo negro. Antonio era un chico de veintetres años de edad, hijo único de Marelin, ella era una madre soltera que había luchado sola por la crianza de su hijo. Ahora con lo ocurrido se sentía destrozada.
—Me han llamado de la capital, en dos horas traerán el cuerpo de su hijo —comunicó Ramírez a Marelin.
—Muchas gracias, oficial —respondió limpiándose las lágrimas.
—¿Su hijo le había contado si le había pasado algo fuera de lo habitual o usted lo había visto diferente? —le preguntó Ramírez.
Ella guardó silencio un momento.
—Nunca me mencionó nada fuera de lo común. Él se miraba muy feliz por la relación que tenía con su novia.
—¿Quién era su novia?—preguntó con curiosidad el oficial.
—Karla, la hija del pastor Zúñiga El día de ayer era reunión de jóvenes en la iglesia, pero él tardaba más de lo normal en llegar a casa, fue unas horas después que me enteré de su muerte —contó con tristeza.
Ramírez ya tenía la información que necesitaba, ahora debía de ir a interrogar a Karla Zúñiga. Se marchó junto al oficial Martínez a la casa del pastor, sin embargo, al llegar el pastor no se encontraba, su hija sí.
—Pasen, adelante, oficiales —ofreció amablemente Karla haciéndose a un lado de la entrada.
Los oficiales tomaron asiento mientras la joven les servía café.
—Sabemos que era novia de Antonio Valencia. Díganos, ¿cómo era su relación? —interrogó Ramírez.
La chica lucía realmente mal por la muerte de su novio: tenía los ojos rojos y ojeras alrededor de estos.
—Nuestra relación al principio fue a escondidas, mi padre no estaba de acuerdo con nuestra relación, decía que Dios iba a enviar al hombre indicado para mí, uno que me pudiera dar una vida con comodidades —contestó con tristeza.
Eso llamo la atención del oficial, ya que para ser alguien religioso no era adecuado tener esos pensamientos.
—¿Pudo ver algo sospechoso después que se acabó la reunión de jóvenes? —interrogó en esta ocasión Martínez.
—Es costumbre que uno de nosotros se quede a limpiar el salón donde hacemos las reuniones, ayer era el turno de Antonio así que los demás nos dirigimos a nuestras casas… Si no lo hubiera dejado solo… él no estaría muerto —musitó Karla entre lágrimas y voz quebradiza.
Ramírez guardó silencio un momento antes de hacer la próxima pregunta, ya que la joven lloraba sin parar.
—Aparte de Antonio, ¿quién más se quedaría en la iglesia?
—Mi padre es siempre el último en salir de la iglesia. él tiene las llaves —respondió Karla limpiando sus mejillas.
Ramírez recordó que el pastor fue quien llamó para informar sobre la muerte de Antonio, según lo que dijo, al momento que se dirigió a cerrar la puerta principal encontró en cadáver del chico en el pasillo. Tendría que volver a interrogarlo, algo no encajaba bien.
—Gracias por su tiempo, señorita —le dijo el oficial antes de despedirse de ella.
Conducieron hasta llegar a la estación donde se encontraban reunidos todos.
—¿Qué información tenemos hasta ahora? —preguntó Ramírez.
Luciana y Alex relataron los testimonios de las personas que había interrogado, Ramírez hizo lo mismo.
—¿Alguna notica de la capital? —Le preguntó al oficial Castillo.
—Sólo llamaron para notificar que los resultados forenses llegarán mañana debido a un problema en las carreteras.
—Nos queda esperar los resultados para avanzar con los casos —pronunció molesto—. Por el momento contamos con dos testimonios y una posible hipótesis— agregó con molesta.
Lo único que podían hacer es esperar los resultados.
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El Misterio Del Velo Negro
Historia CortaLos habitantes del pequeño pueblo de santa cruz, comienzan a experimentar una serie de asesinatos. Lo que llama la atención de todos, es el velo negro que siempre es encontrado junto a la víctima. Una ola de misterio se desata entre sus pobladores...