Capítulo VII

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Por la tarde, el entierro de ambos cuerpos se realizó de forma conjunta, los habitantes se encontraban en ese momento llenos de nostalgia. Luciana asistió al entierro, observó Anastasia Peralta un poco  alejada de la ceremonia con una expresión de enojo y no de dolor como la había visto el día que hablaron con ella, eso le resulta extraño.

La oficial se preguntó si Margarita sabría del engaño de su esposo. Como mujer, creía que esas cosas no eran fáciles de ocultar, más cuando se pasa tanto tiempo casado con una persona.

***

Después del entierro, Luciana regresó a su casa dispuesta a descansar de un largo día, sin embargo eso no iba ser posible: un gritó retumbó por la angosta calle por donde iba  caminando.

La noche había llegado rápidamente,  dandole poca visión a la oficial, ella al escuchar el grito se dirigió a  buscar a la persona que necesitaba ayuda, ingresó por uno de los angostos callejones y observó a una persona vestida de negro con un martillo en su mano atacando a otro individuo en el suelo.

Al verla emprendió su huida, pero Luciana fue más rápida, sacó su arma y le disparó en la pierna. El sujeto cayó con el impacto de la bala. Se acercó al desconocido  y le quitó la capucha para ver su rostro. Luego lo registró, encontrando en unos de sus bolsillos un velo negro y una identificación, leyó enseguida el nombre del mismo: Carlos Flores, un adolescente de 16 años de edad. Luciana le apuntó con el arma para que no intentará huir de nuevo, Carlos se quejaba del dolor en su pierna. Ella llamó a su jefe, informándole lo  ocurrido.


La víctima era otro joven de la misma edad del atacante, su nombre era Eduardo Véliz. Lamentablemente murió con los ataques ya que la mayoría fueron en su cabeza.

Ramírez llegó a inspeccionar todo el lugar.

—Bien hecho Reyes—la felicitó—. Ahora necesito que vayas hacer turno a la estación policial con el oficial Velásquez ya que el oficial Castillo tuvo un imprevisto—le ordenó.

Los planes de Luciana de descansar se vinieron abajo, pero era parte de su trabajo y debía cumplir con su deber.

El oficial Ramírez junto a Martínez llevaron a Carlos al hospital, mientras   el cadáver fue  llevado en la ambulancia de medicina forense. Ramírez sabía que en esa ocasión tenían al asesinó de Eduardo Véliz. Pero se preguntó si esta persona sería la misma que asesinó a Felipe y a Antonio; sin embargo, eso  lo tendría que investigar.

El Misterio Del Velo NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora