Capítulo 9

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Al salir del cuarto, Gabo se encontró de nuevo con Diego y sus 2 amigos.

- Gabo, todo bien? –Preguntó el de rulos.

- Si chicos, ya debo irme, el micro sale en ½ hora.

- Ya te vas? – Intervino el mexicano.

- Si, quedé con mi abuela que volvería pronto.

- Bueno, nosotros te acompañamos a tomar el micro.

- Bueno, vamos entonces – Se giró hacia Diego – Señor, ya tengo que irme, deseo con todo mi corazón que Lorenzo despierte.

- Gracias Gabo, yo también deseo eso. Y gracias por venir, estoy seguro de que tu presencia le ha hecho bien a Lorenzo – palmeó su hombro – Que tengas un buen viaje.

- Gracias, ya me voy. Adiós.

Gabo atravesó los pasillos del Hospital junto con Ricky y Dedé y salieron del lugar.

Luego de que el oriundo de Álamo Seco se fuera, Diego entró al cuarto a ver a su hijo. Se quedó de piedra al verlo sentado en la cama. Pasados unos segundos reaccionó y se acercó a estrujarlo entre sus brazos.

- Lorenzo, hijo, despertaste – Lágrimas empezaban a deslizarse por sus mejillas.

- Papa que pasó? por que lloras? – mira a su alrededor – Donde estoy?

Se separa de Lorenzo – estás en el Hospital – contestó a su pregunta y esperó a su reacción.

- Que hago aquí? Ahh me duele la cabeza.

- Espera voy a llamar al medico – Diego salió de la habitación y a los pocos minutos volvió acompañado de un hombre con bata blanca, de unos 40 años más o menos.

- Que bueno que has despertado. Ahora te voy ha hacer un chequeó

El doctor hizo su trabajo para después dar un diagnóstico

- Pues déjame decirte que estas en perfecto estado, al parecer no hay ninguna secuela. El dolor de cabeza que tienes es normal, te daré un medicamento para que se te pase.

- Cuando podré irme?

- Te dejaré en observación y si no surge ningún problema en unos días te podrás ir a tu casa. -informó mientras anotaba algo en su  planilla. -Bueno me retiro, descansa.

- Gracias doctor

El doctor salió de la habitación

- Que me sucedó? - volvió a preguntar Lorenzo.

- Tuviste un accidente con el auto, no lo recuerdas.

Más o menos. Recuerdo estar manejando y que tu me llamaste y después de eso no se que pasó. Cuanto tiempo llevo acá?

- Dos meses – Lorenzo abrió grande sus ojos – has estado dos meses en coma

- Que? Tanto tiempo?

- Si, ahora me puedes contar donde estabas ese día que te desapareciste y no podía localizarte?

- Fui a buscar a Gabo. Aunque no hablé con él, solo lo vi de lejos. Lo vi tan feliz que no pude acercarme. No soy quien para arruinar su felicidad. - hablaba con tristeza - Le hice mucho daño, le quite su alegría y ahora parece que la ha recuperado. Sólo quiero que sea feliz y si tengo que dejarlo ir para que lo sea lo haré.

- Tanto lo quieres que estas dispuesto a dejarlo ir?

- No papá, no lo quiero, lo amo. Pero me di cuenta demasiado tarde, él ya debe de haberme olvidado.

- No creo que sea tan así, sino no hubiera venido a verte.

- Gabo vino a verme? - sus ojos se iluminaron.

- Si, acaba de irse hace un rato?

- Entonces no fue un sueño. Él estuvo aquí.

- Yo sabía que su presencia te haría bien y mira no me equivoqué has despertado gracias a él.

- Entonces todo lo que lo escuche decir, si era él.

- A ver platícame que te dijo.

- Me decía que tenía que despertar, que todos me necesitan, incluyéndolo a él, y también que me ama y que siempre me va a amar.

- Si es así y los dos se aman, deberías ir a buscarlo para arreglar las cosas.

- Lo dices en serio papá?

- Si lo digo en serio, yo te apoyo en lo que decidas. No quiero volver a verte mal, sufriendo, quiero que seas feliz y estés junto a la persona que amas, como yo.

- Cómo tu? a qué te refieres?

- Estoy saliendo con Francisco. Él ha estado junto a mi todo este tiempo y me ha apoyado con lo que te pasó. 

- Lo amas?

- Si, si lo amo. Francisco a traído alegría a mi vida cuando más lo necesitaba. Solo me faltabas tu para ser completamente feliz.

- Me gusta que estés con Francisco, es una persona increíble. Si tu eres feliz yo te apoyo.

- Gracias hijo - se acercó para abrazarlo - A partir de ahora todo va a cambiar, te prometo que todo va a ser mejor.

- Lo sé papá - se separaron - te quiero

- Yo también te quiero hijo. - volvieron a abrazarse.

A partir de ahora todo cambiaría para bien.

Sin dolor no hay amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora