Mala noche.

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¿Has tenido aquella sensación de que estas en tu cama, despierto, pero no puedes moverte? Yo no, pero mi hermano mayor si, y cuando supe porque tenia esas sensaciones, él sueño jamas llego.

Ya iban dos meses desde que vi al muñequito, y siempre que pasaba por él pasillo buscaba con la mirada al niño, que no volvió al consultorio.

Mi padre llego de trabajar en ese tiempo, y por un momento, olvide a mi futuro esposo. Pero un dia, llendo a una tienda comercial, lo vi. Iba caminando agarrado de su madre como si su vida dependiera de ello. Miraba a los lados, incomodo y antes de que pudiera acercarme a él, mi padre me hablo para entrar a la tienda. Cuando volteé, ya habían subido a un carro.

Ese día, a eso de las tres de la madrugada, mi hermano salió de su habitación completamente asustado, pálido y con él sudor a mares. Me levante cuando escuche él grito, y mis padres hicieron lo mismo. Namjoon estaba respirando agitado, y al verme solo corrió y me abrazo.

-No pasa nada, solo es una mala noche Tae.- Dijo, pero yo sabía que estaba llorando. Minutos después, me acosté, pero no pude dormir. Con sigilo, me colé hasta la cocina donde mis padres y Namjoon estaban hablando.

-Fue él muerto, hijo.- Hablo serio mi padre, para después soltar una carcajada. Mi madre, solo negó y le dijo a mi hermano que no se preocupara, que no pasaria una segunda vez. No fue cierto.

Cada noche, Namjoon salia corriendo de casa. Durmiera donde durmiera, sentía esa sensación de estar despierto, atrapado debajo de algo sin moverte, pero jamas se supo porque. Tambien intentó dormir en casas ajenas, bueno, de sus amigos. Pero al parecer las cosas se ponían peor. Yoongi hyung, el mejor amigo de mi hermano, llego a casa un dia, y con él un Namjoon sudoroso. Entro con sus llaves de respaldo, corrio escaleras arriba alarmando a mis padres. Cuando él regreso, Namjoon ya estaba acomodado en él sofá con una manta y las preguntas de mis padres golpeándolo.

-Tae, ve a tu habitación cariño, él estará bien.- Dijo mi madre, a lo que yo asentí, pero no me fui. Escondido entre la pared de las escaleras, me quede escuchando.

-No lo se señora, llegamos del café y nos sentamos a ver una película con palomitas, y al rato se quedo dormido.- Dijo, rascándose la nuca. Él hacia eso cuando estaba frustrado.- No quise levantarlo para que se fuera a su cama, solo le lleve una manta y una botella de agua por si tenía sed.

Acomode mis piernas entre mis brazos, escondiéndome en ellas. No termine de escuchar. Me levante minuto después, caminando en silencio y entre a mi habitación. Estaba confundido.

Me recoste, con los brazos extendidos y las piernas separadas. Namjoon hyung jamas tuvo una mala salud, ni tampoco fue un adicto, borracho o lo que sea. Así que, yo me preguntaba que era lo que pasaba. Recordé la plática de mis padres, y me levante, tropezandome con mis propios pies.

-¡Mama!- Grite, bajando las escaleras con cuidado de no caerme. Al llegar, tres pares de ojos me miraban.- Papa dijo que era él muerto.

Todos se quedaron callados. Yoongi solo atino a reírse y yo lo fulmine con mis ojos. Mi padre miraba un punto muerto, siendo sacudido por mi madre. Al final, Namjoon despertó mas tranquilo.

Días después, fuimos a una iglesia. Hablaron con él sacerdote y nos llevaron a una capilla, donde nos bendijeron y todo eso. Él sacerdote fue a la casa, y dio mil rezos, esparciendo agua bendita por cada rincón.

Tal vez creas que es extraño, pero esto fue un factor para volver a encontrarme a mi muñequito. Mi padre compro una casa mas cerca de su trabajo y la escuela. Nos fuimos a vivir a esa casa de inmediato, y Namjoon no volvió a tener esas malas noches.

Desde entonces, se intereso en la ciencia y la religión. No digo que fuera un sacerdote científico o un científico religioso, mas bien, era un científico que si no encontraba él porque de algún fenómeno, lo asociaba con la religión, y rezaba.

En esa casa, él ambiente comenzó a tornarse aun mas alegre que la anterior. Pintamos cada habitación, la mía, un verde menta. No decore mis paredes, al menos no aún. Acomodamos cada mueble. Una cama individual pegada a la pared, él closet casi lleno de mis ropas, un librero donde guardaba mis comics y una mesa, que con él tiempo cambió a un escritorio de madera negra.

Al ver esto, piensas, ¿que niño de diez años no tiene sus juguetes y libretas de dibujo esparcidos por doquier? Bueno, a mi no me gustaba vivir en una cueva.

Empecé a aburrirme. Estar en casa después de la escuela ya no era tan divertido, mama cambio de ser pediatra a medico de guardia, y sus turnos eran de noche. Papá llegaba cansado y Namjoon, bueno, él se encerraba a hacer sus estudios.

Yo diría que correr el primer día y tomar la habitación mas alejada al cuarto de mis padres fue una buena decisión, porque tener la barandilla en la ventana fue una ventaja.

En ese entonces, mi curiosidad me llenaba, me hacia feliz. Aquel dia, abrí la ventana, subiendo con cuidado. Me acomode, tratando de que al bajar no me lastimara. Otra buena decisión fue buscar una casa de una sola planta.

¿Sabes que es lo curioso? Yo no baje de la ventana. Me quede ahí, con la cabeza viendo hacia arriba, los pies flotando y un sonrojo potente en mis mejillas. Abrí los ojos atontados, e inconsciente abrí la boca.

-¿Muñequito?

Entre Ventanas [VK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora