❥Capítulo 7; Demente

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Era una mañana bastante agradable; los pájaros se posaban en las ramas de los arboles a entonar sus melodías, los adultos salían a hacer sus deberes mientras que los niños y jóvenes se quedaban dormidos en su cama, después de todo ya era sábado.

Un sábado extrañamente tranquilo.

El corazón de Tweek latía con fuerza, tanta que casi podría sentir como se salía de su pecho, sus ojos inquietos miraban a todos lados, a cada rincón, sus padres habían salido a quien sabe donde y el estaba completamente solo en su habitación.

Su mente estaba hecha un lío, pensaba en lo que le habían dicho el día anterior, el no se quería ir, no estaba loco, no necesitaba de su ayuda.

—¿Qué debo hacer?— murmuró para sí mismo mientras mordía las uñas de sus manos, había investigado acerca de los dichosos hospitales mentales, te aislaban del mundo, era demasiada presión, no lo soportaría, no sin Craig.

Espera.. ¡Craig! Si lo internaban, significa que no podría volver a hablar con él, no podría tomar su mano ni mucho menos verlo. ¡Se volvería loco en aquel lugar! Craig era como un calmante, mejor que las pastillas, solo el lograba mantenerlo a raya.

Oh, ¿Enserio crees eso?

Ahí estaba esa voz de nuevo, esa molesta y fastidiosa voz. El rubio miró a todos lados, si lo escuchaba significaba que lo estaba mirando desde algún rincón, lo encontró oculto junto al armario.

Sabes que con o sin él, eres el mismo imbécil de siempre, tu noviesito solo esta contigo por lastima.

—¡N-No es cierto! ¡Craig me ama!

Sigue creyendo eso, rubiecito.

Dicho eso, la figura se desvaneció. Tweek soltó un suspiro de alivio, dejándose caer de espaldas en su cama.

¿Aún crees que no estas loco?— una nueva voz se hizo presente, esta era más suave y menos grave que la de la otra silueta. El rubio se levantó de golpe de la cama, mirando a cada rincón.

—¿Q-Quién e-eres?— preguntó al aire, tratando de encontrar al responsable de esa voz.

Llámame Sam.— escuchó aquel murmuro fuerte y claro.—Por cierto, estoy por acá tontito.— Tweek miró hacía el frente, logrando distinguir por fin la silueta de un niño pequeño, sentado en uno de sus poofs, mirando en su dirección con una sonrisa, era una niña, tenía el cabello corto y sus ojos eran blancos, completamente blancos.

¿El otro tipo ya se fue? Sí te soy sincera, no me cae nadita.— habló con lo que Tweek pudo describir como una mueca.

—Sí...A mi también me cae mal..

¿Estás bien? Te noto decaído.—la niñas se acercó hasta el rubio, sentándose frente a él.—Vamos, puedes confiar en mí, Tweek.

—Pues... Mis padres me quieren internar en un hospital para locos, ngh, ¿p-por qué harían eso? Sinceramente prefiero que me vendan como esclavo.— bufó dejándose caer en la cama.

Oh.. Eso si es un problema.— respondió la niña subiéndose a la cama junto al rubio.

—¿Tú que vas a saber? ¡Se supone que no existes! Ni tú, ni ninguna de esas sombras que no me dejan dormir..— volteó su rostro para ver a la chica.—Pero no lo entiendo, todo se ve tan real... Ugh, quizá si estoy loco después de todo, pero no quiero ir allá, estoy seguro que será envano.— llevó ambas manos a su rostro con frustración.

Tranquilo, si no quieres ir pues no dejes que te lleven.

—Lo haces sonar tan fácil.

La pequeña negó con su cabeza antes de asomarse por la ventana, viendo un auto estacionarse.

Pues decide rápido, tus padres llegaron, y traen compañía.

El rubio se levantó con rapidez para ver por la ventana, estaba estacionado el auto de sus padres y detrás una camioneta blanca, no había que ser un genio para saber que era. 

—¡Agh, Jesús me van a llevar! ¿¡Qué debo hacer?!

—¿Correr?

Por la ventana pudo ver como dos sujetos bajaban de la camioneta, sus padres abrían la puerta, entrando a la casa. Sí, definitivamente debía correr.

Abrió la puerta de su cuarto, no podía ir escaleras abajo, sus padres lo encontrarían. 

—¡Tweek, cariño estamos en casa! ¿podrías bajar un segundo?— la voz de su madre como siempre cariñosa, quién diría que detrás de esas dulces palabras solo buscaba deshacerse de él para no tener que lidiar más con los problemas de su hijo mentalmente inestable, su padre también era cómplice.

Tweek, la habitación de tus padres, la ventana.

¡Es cierto! Podía escapar por allí sin ser visto. Abrió la puerta de su cuarto con lentitud, al ver que no había nadie corrió hasta la habitación de al lado luego de haber cerrado tras él su puerta. Entró al cuarto de sus papás y abrió la ventana, los hombres parecían no prestar atención más que a la puerta principal.

—¡Hijo! ¿Estás en casa?

Pudo escuchar pasos en las escaleras, debía salir cuanto antes. Con cuidado pasó su cuerpo por la ventana, pisando con precaución el techo para no resbalarse, caminó hasta rodear para bajar por el patio trasero y poder bajar gracias a la mesita de madera que se encontraba ahí. Por la puerta de cristal pudo ver a sus padres subiendo las escaleras, aún tenía tiempo, pero, ¿a dónde debía ir? Solo tenía a una persona en mente...

[. . .]

—¡Craig, tienes visita~!— canturreó su hermana desde el piso de abajo, el azabache apenas y la escuchó pues tenía los cascos puestos, con pereza se levantó de la cama, y antes de que pudiese abrir, esta fue abierta de un portazo.

—¡Craig!

—¿Tweek? ¿Qué haces aquí?—el mayor miró con extrañeza al rubio.—Digo, no me molesta ni nada, pero es raro que vengas así de repente

—¡Craig ayudame por favor, eres al único a quien puedo acudir!— ignorando por completo las palabras de su novio, tomó a este por los hombros, era obvio que estaba alterado.

—Cariño, el FBI no te persigue, tranquilo.

—¿Q-Qué? ¡N-No! Craig, mis papás m-me quieren llevar a un hospital psiquiátrico.— habló con los ojos llorosos.—¿Sabes lo que eso significa? ¡Ya no podré verte, estúpido!— respondió hundiendo su rostro en la chaqueta del azabache.

Craig se quedó en silencio, procesando la información recién brindada, ¿internarlo? ¿porqué? Según tenía entendido, lo último que harían los padres de Tweek sería alejarlo de ellos, no tenía sentido.

—¿Estás seguro de eso?

El rubio alzó la mirada, frunciendo el ceño ante la tonta pregunta de su novio.

—¡Escapé de casa porque llegó la puta camioneta! ¿me ves cara de que estoy mintiendo?

—No, lo siento, es solo que no lo puedo creer.— suspiró con tristeza.— ¿cuál es el plan?

—T-Tengo que evitar que me encuentren

El azabache pensó unos segundos...¿A dónde podrían ir para evitar que los hallen?

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⏰ Última actualización: Aug 26, 2018 ⏰

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