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Camila Pov.

Suspiré pesadamente.

Un maldito mes y no he podido verla.

Maldita pobreza.

Aunque sea no tengo leucemia.

-Camila, tranquila. -sobó mi espalda. -un poco más de dinero y ya podrás ir a verla.

-No, Sofía. -la miré. -ya paso un mes, estoy reuniendo desde hace un mes y no llego a nada.

-¿Cuánto te falta?, Puedo trabajar hoy y te doy el dinero. -negué.

-Ese es tu dinero.

-¿Por qué no me dejas ayudarte?.

-Quiero hacer las cosas por mi misma.

-¿Por qué tuve que tener una hermana tan terca?. -reí.

-Toco y ya. -me alcé de hombros.

-Creo que ya es tarde. -miro el reloj en su muñeca. -cariño, debo irme, ¿estarás bien?.

-Sí, iré al parque.

-¿No te cansas de ir a ese parque aburrido?.

-Ese es mi parque favorito. -dije simplemente. -nunca me cansaré de estar en ese lugar.

-Esta bien. -me abrazó. -nos vemos en la noche.

-Adiós. -bese su mejilla.

La ví separarse de mí para luego salir de mi habitación.

Las mismas preguntas de todos los días volvieron a mi mente.

¿Ella estaría bien? ¿Se habría olvidado de mí? ¿Estaría con Lauren? ¿Que estaría haciendo en estos momentos?.

No creo que ella piense en mi como yo lo hago con ella.

Mi celular me sacó de mis pensamientos ya que empezó a vibrar. Lo observé y era ella.

-Mi vida. -dije luego de contestar.

-Amor. -escuché su voz.

-¿Cómo estás?.

-Bien, ¿Y tu?.

-Tambien, amor.

-Hoy quería salir contigo.

-Esta bien, podemos hacerlo.

-¿Dónde te encuentro?.

-En el parque, el lugar de siempre.

-Bueno, mi vida, te veo entonces.

Luego de escucharla decir eso la llamada había terminado.

Me levanté de la cama para salir de la habitación. Caminé por el pasillo para luego empezar a bajar las escaleras.

Ya en la sala tome las llaves de casa para salir de esta.

No iba a mentir, yo la quería. Ella era muy buena conmigo y me hacía sentir bien. Gracias a ella no estaba tan sola.

Iba escuchando la canción que le dediqué a mi hermosa Dua. Cuanto la extrañaba.

Quería sentirla conmigo. Sentir sus brazos rodearme.

Extrañaba cuando estábamos acostadas en su cama y me decía cosas lindas.

No me rendiría. Iba a verla, pronto.

Yo lo sabía. Sabía que íbamos a volver a estar juntas.

Me entristecía. Ya en mi muñeca aquellas palabras se habían borrado por completo.

No era capaz de hacérmelas. No era lo mismo a que ella lo hiciera.

-Dua, me volviste loca, demasiado. -pensé.

Cuando me estaba acercando a la típica banca la ví. Se veía linda.

Me senté a su lado, cuando ella confirmó que era, yo me abrazo.

-Mi vida, te extrañé. -dicho eso bese sus labios.

-No deje de pensar en ti.

-¿Cosas buenas?.

-No te imaginas. -sentí mis mejillas arder.

-¿Qué hacías?. -paso su brazo por mis hombros.

-Esperaba a mi amiga. -me sonrió.

Se sentía bien tener a una amiga con derecho. Era satisfactorio.

-Te necesito. -entendió a lo que me refería.

-Sabes que puedes ir a mi casa. -asentí.

-Sabes que tú puedes venir a la mía.

-No, tu hermana siempre está.

-¿Importa?. -asintió.

-Mucho, gimes muy duro. -río.

-Claro que no. -nuevamente sentí mis mejillas arder.

-Te quiero.

-Yo también. -me acerqué a ella para besar sus labios.

Esa chica me hizo pecar muchas veces.

-Ya basta. -separé nuestros labios. -estamos en un lugar público.

-Siento ser tan hermosa, sé que te hago perder el control. -beso mi cuello.

-Mi vida. -le sonreí. -deberíamos ir a mi casa. -sin pronunciar nada asintió.

Nos levantamos de la banca para empezar a caminar. Ella seguía con su brazo en mis hombros. Pasé mi brazo derecho por su cintura pegándome mucho más a ella.

-¡Camila!. -sentí como una niña se aferraba a mis piernas. -¡Eres tú!. -fruncí el ceño.

-Linda... -con mi mano libre alejé levemente a la pequeña. -¿estás bien?.

-¿No te acuerdas de mí?. -levantó su rostro.

Cuando me di cuenta que era ella quedé impresionada.

-Claro que me acuerdo de ti. -le sonreí.

-Te extrañé. -volvió a abrazar mis piernas.

-¿Con quién estás?. -la cargué como pude ya que pesaba un poco.

-Con mi hermana. -dijo sonriente.

¿Estaba pensando correctamente?.

-¿Ella es tu novia?. -la miró. -es muy linda.

-No, pequeña. -negué. -es una amiga.

-¿En serio? No parece.

-¿Por qué?. -pregunté.

-Parecen novias. -eso lo dijo tímida.

-Muchos lo dicen. -arregle su cabello.

-¡¿Cuántas veces te tengo que decir que no corras lejos de mi?!.

Me paralicé al instante.

Reconocería su voz en menos de un segundo.

Bajé a la niña que al instante corrió a donde su hermana.

Me volteé con la chica aún a mi lado. La observé.

Era mi hermosa Dua.

El coño e' la madre no puedo conseguir una portada bien fina, ¿Me ayudas?.

Te amo, chao ❤.

Be together. - DuamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora