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-¿Por qué lo hiciste?.

Ella ahora se encontraba observando mi muñeca la cual estaba llena de cicatrices.

-¿Quieres escucharme?. -acaricié su mano.

-Claro. -sonrió, me dolió notar que aquella sonrisa era de tristeza.

-Pasé por muchas cosas. -fue lo que dije.

-¿Sólo eso?. -negué.

-Te odié. -logré decir.

Lo hice, de verdad.

-No quería tener esas palabras. No quería recordarte, pero se me hacía muy difícil. -me sinceré.

Ella no habló, simplemente siguió observando mi muñeca mientras la acariciaba.

¿Fue bueno decir la verdad?, ¿No la cagué?.

Todo cambió. Ya no sentía la misma energía de antes.

Ella estaba extraña.

-Es mejor que me vaya.

Creía que era lo mejor pero no. Ella al parecer no le había gustado mi idea.

-No puedes irte. -dijo rápidamente.

-¿Por qué?.

-Es muy tarde. -respondió.

Observé el reloj que tenía en mi muñeca para confirmar la hora.

Era temprano. Apenas las ocho de la noche.

¿Cómo se había pasado el tiempo tan rápido?.

-Puedo irme, no importa. -negó al instante.

-Te puede pasar algo. -se acercó a mí.

-No seas exagerada. -reí levemente. -puedo irme relajada.

-Es tarde, Dua, mejor que te quedes aquí conmigo.

No pude controlarme. No sé que me pasó.

Después de que la mirará pícara se sonrojó.

-¿Me quedo porque es muy tarde o porque quieres que me quede?.

-Las dos.

Dua azul le dió una patada en las bolas a la Dua naranja.

Cada vez que la veía me iba enamorando más de ella.

Estúpida Dua naranja que todo hace mal.

-Bueno, me quedo. -le sonreí.

-¿Vamos a mi habitación?.

-¿A qué?. -tome una de sus manos.

-No sé. -dijo simplemente. -podemos hacer algo divertido.

-¿De verdad?.

Suponía que era una oportunidad para estar a su lado. Simplemente a estar como antes.

-De verdad.

Al decir eso me llevó a su habitación. La observé, estaba justamente como la recordaba, solo que la cama estaba desordenada.

Ya me estaba haciendo una mente. Creo que era obvio.

Ella se sentó en la cama para después mirarme y fruncir el ceño.

-Puedes sentarte conmigo.

-Es mejor en una silla, ¿Puedo?. -ella en confusión asintió.

Me dirigí hasta la mesa de noche para tomar la silla. La acerqué a la cama y me senté al frente de ella.

Be together. - DuamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora