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Me odié por no haber traído algún suéter.

Tenía los minutos contados. Llevaba sentada en la típica banca de madera una hora, justamente.

No me cansé de pensar.

Seguía haciéndolo.

Lloré por dos cosas...

La primera era porque tenía un terrible dolor en el vientre. La segunda porqué pensé en ella.

Creía que ella me había rechazado. Ella amaba a Lauren, tenía que aceptar eso. Nunca debí de decirle aquellas palabras.

¿Que pasaría ahora?. Esa era la única pregunta que paseaba por mi mente.

Me estaba haciendo una mente. Lo que me suponía era que ya no seguiríamos siendo amigas.

Yo no quería eso.

Yo quería tenerla a mi lado. Quería que siempre estuviera conmigo.... Pero la cagué.

De verdad me dolió que al instante de que le dijera mis sentimientos nombrará el nombre de aquella chica.

Que triste era mi realidad.

Tenía que regresar a casa pero no quería hacerlo. Ella podía estar ahí.

Igual tenía que hacerlo. El frío me estaba matando, y tampoco podía evitarla. Era patético.

Antes de observar a todos lados me levanté de la banca.

Era tarde y uno nunca sabía quién podría estar por ahí.

Con temor por todo mi cuerpo tome el camino a mi casa.

Cada vez que daba un paso me dolía más el estómago. Y los cólicos no ayudaban.

A veces me gustaría tener pene.... Creo que sería fino.

De verdad, si ella me rechazaba, aunque creo que lo hizo, la dejaría. Nuestra amistad ya no iba a seguir.

No podía mirarla después de aquella confesión y que ella me rechazará.

Definitivamente pasando pena desde que nací.

Pero joder ¿Que estaría pensando?.

La conocía del todo. Simplemente no tenía respuesta a esa pregunta. En realidad, me parecía algo complicado.

Observé la calle. La recordé. Todo estaba obscuro y se veía profundo. La luna ayudaba. Dejaba un bello brillo a la calle.

Observar eso me hizo recordar aquellos momentos a su lado, cuando caminaba con ella en aquellas calles de londres totalmente solitarias y oscuras. Solo nosotras, tomadas de las manos, disfrutando el momento. Y siempre sentí que éramos solo nosotras, que solo existíamos nosotras. Cada vez que ella me ayudaba a cumplir uno de mis sueños sentía una satisfacción.

En pocas palabras, la amaba y me sentía bien a su lado.

No me iba a engañar. La quería conmigo, pero no de la manera en la que estaba.

Quería que las palabras You and me volvieran a estar en mi muñeca, pero para siempre.

Sacudí la cabeza levemente intentando borrar todos esos pensamientos.

No quería hacerme ilusiones.

No con ella.

Ella me hacía daño, pero era por mi culpa. Era por culpa de esos sentimientos que nunca debí de sentir.

Dua no tenía la culpa. Ella ni siquiera sabía que yo sufría por ella.

Me pareció totalmente estúpido. Yo me sentí patética e inútil.

Be together. - DuamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora