Capítulo 18

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Nos colocamos todos alrededor del boss en círculo, ordenados por grupos.

En ese momento fue cuando me fijé que el boss tenía tres barras de vida. Por lo que no sería una misión fácil.

¡A mi señal ataquen, 3... 2... 1...! - Grité -

Nos lanzamos los que luchábamos en primera línea contra el boss. Fuimos en manada, hasta ese momento, habíamos tenido cuidado de no entrar en la zona de ataque del boss, por lo que no nos había visto hasta ese momento.

El boss fue el primero en atacarnos, atacó a tres personas de un mismo ataque, un simple golpe con su cola. Les bajó un poco más de un cuarto de su vida.

Yo había decidido simplemente pegarle con ataques normales, hasta que se me diese la vuelta para atacarle en la cabeza, que imaginé que como al resto de mobs era su punto débil.

Solo le habíamos bajado entre todos, un tercio de la primera barra de vida, y ya estaban la mayoría en las últimas. La serpiente lanzó un barrido con un latigazo que acabó con la vida de cuatro personas.

Eso, el ver a mis compañeros morir en un simple juego, el hecho de que no les pude proteger como me había jurado, me rompió el corazón.

Mi reacción posiblemente fuese la más extraña del mundo, pero agaché mi cabeza y empecé a darle la mayor cantidad de golpes que pude, sin ningún tipo de control, simplemente mi espada y yo contra esa estúpida serpiente.

Cuando le conseguimos por fin quitar la primera barra de vida, supe que ese sería mi mejor momento, ya que el boss se había quedado paralizado. Di un brinco y me subía a su cuerpo. Empecé a correr por todo el cuerpo de la serpiente, hasta llegar a su cabeza, donde le asesté una cantidad insana de golpes.

La serpiente no se paraba de mover de un lado al otro, pero yo, movido por la rabia y el odio, seguí de pie dándole golpe tras golpe a esa cosa que se movía controlada por una IA.

Pude ver como en la cabeza, si que le hacían más daño mis ataques, por lo que me decidí a seguir atacando esa zona. Di la orden de que mis compañeros se hicieran para atrás para que no les golpease la serpiente frenética. Dejaron de pegar la gente que jugaba en primera línea, pero los que jugaban a distancia, siguieron golpeándole.

La gente que se había retirado, se tomó unas pociones para poder recuperar vida.

La serpiente cuando estaba ya en la última barra de vida, como me imaginaba, cambió su patrón de ataque. Ya no atacaba con la cola y se movía frenéticamente. Ahora, estaba moviéndose por todo el centro de la sala. Soltaba como si fueran unas bolas de veneno por la boca que parecían ser muy dañinas, por el hecho de que cuando tocaban la pared, la desintegraban.

A parte de eso, empezó a moverse muy bruscamente de arriba a abajo, imagino que para tirarme.

Las bolas de veneno, empezaron a golpear a la gente, a los heridos y los que atacaban a distancia. Esos ataques, mataron a 5 personas, 3 heridos de la primera línea y dos que atacaban a distancia. Ya solo quedábamos vivas 5 personas, en concreto todos los del equipo A y el capitán del equipo C, que éramos los que tenían mayor nivel.

Esos ataques que mataban a aquella gente, me dejaron completamente ido, solo pensaba en matar a ese bicho. Ya no pensaba en lo que hacía, solo pegaba golpes sin más. Envuelto en este pensamiento, paré de pensar en estabilizarme y en un movimiento, y la serpiente me logró tirar.

Ya solo le quedaba un poco menos de media barra de vida.

Me tiró al centro de la sala, la serpiente me rodeaba, dándome vueltas por alrededor. Estaba un poco mareado por todo lo que estaba pasando, y cerré los ojos.

Ya había aceptado mi final, estaba yo a mitad de vida y ya no tenía fuerzas para seguir luchando.

En un pensamiento repentino que me vino a la cabeza, mientras me entregaba a ese juego, me acordé de las otras 5 personas que estaban en aquella sala, esperando escapar de ese juego. De esas 5 personas y de los otros jugadores que estaban deseando volver a ver a sus familias.

Por ello, por ese pensamiento, abrí los ojos para seguir luchando y cumplir mi promesa. La serpiente tenía la cabeza justo encima mía con la boca abierta, mientras se acercaba rápidamente para devorarme.

Al ver eso, me asusté y mi instinto hizo que diese un salto al interior de su boca.

No me querría imaginar la cara de mis compañeros al ver que la serpiente me había comido. Pero, así era, sin embargo, como no me había llegado a morder, yo seguía sano y salvo.

Mientras bajaba por su estómago, le clavé la espada y comencé a deslizarme por todo su cuerpo.

Hasta que por fin hubo una gran explosión de píxeles.

Last Signal - 001Donde viven las historias. Descúbrelo ahora