Primer Adiós

26 3 0
                                    

La cantante mejoró días después. Estaba feliz y muy llena de completa alegría. Cantaba y reía, mientras todos arreglaban las cosas para llevarlos a casa.
El sentía tranquilidad, hoy finalmente le darían el alta.
Su princesa volvería a su castillo.

Paredes altas, rosado pálido con cuadros, adornos por aquí y por allá. Un gran ventanal con vista a la ciudad, grandes cortinas de shifon color crema. Y hermosos muebles de madera y cuero.

Dos comedores, tres habitaciones, cocina y dos baños.
Durante años se esforzó en tener la casa de sus sueños.

Había sido el esposo perfecto, el padre perfecto, y el abuelo perfecto. Trabajo hasta el cansancio y lo dio todo, Todo por que había sido algo que se propuso al inicio de todo, y lo mantuvo.

Muchas mañanas pasaron antes de que su señora pudiera levantarse de su cama. 

Un día estaba en la cocina, preparándole algo sabroso a su esposa. Cuando ésta se levantó y llegó a la cocina justo detrás de él. Sin avisarle que estaba allí, ella tomó un vaso y sirvió jugo de naranja, fue a donde él estaba sirviendo y lo colocó justo en la bandeja qué arreglaba.

El se sorprendió al verla. Y se alegró enormemente. La tomó entre sus brazos y la beso en los labios. Sólo dios podría agregarle felicidad a un día como aquel. Su amada, curada, ahí, frente a el. Amándolo como siempre, luego tantos y muy largos años. Se emocionó, y llamó a todos sus hijo para contarles.
Uno del los más pequeños no contestó, así que decidió llamarlo luego.
Prefería pasar el día con ella, ahora que esta animada. Fueron al jardin a tomar el sol. Rosas blancas y rojas, ella misma las plantó años atrás. Callenas, margaritas, violetas, mil flores en general.

- Papi...

- Digame. - respondió.

- Que hermoso es compartir este día contigo.

El cielo estaba despejado, había un especial olor a clorofila en el aire, que iba y venía gracias a las plantas en aquella montaña.
Tras un rato, la tarde comenzó a caer, y volvieron a casa. Desde el ventanal, podrían ver la puesta del sol. Hablaban tranquilamente, mientras el sol desaparecía en el horizonte. La ciudad parecia un sueño, bajo aquel rosado intenso, bajo las nubes teñidas de naranja. Tierra de hadas, lugar mágico donde 70 años antes, se conocieron.
Que gran lugar.

Poco después se abrió un cielo nocturno, oscuro, pero lleno de estrellas. Entonces el recordó llamar a su hijo.
- Muy bonito..  - Solía decir a modo de saludo.

- Hola abuelo. - La respondió una suave voz al otro lado del teléfono. - Bendición

- ¿Si me reconoció la voz? - Pregunto el anciano.

- ¿Como no reconocerlo, si eres mi abuelo? -  la chica parecía divertida al teléfono

Muy en el fondo, ella amaba hablar por teléfono con el. Ella y sus hermanos siempre recibían sus llamadas, todos los lunes sin falta.

- Mire, ¿esta ahí su papá?. - Pero no estaba, hacia meses que sus padres estaban separados.

- No, aún no llega. - Mintió la chica.

- Digamele que su abuelita se paró y está pasindo, que ahora yo voy a descansar. - Contestó el anciano muy alegre.

Ella sonrió, con un ligero pesar.

- Esta bien abuelo. Bendición.

- Dios te bendiga, hija mía. - Susurro antes de trancar al teléfono.

Tomó la mano de su esposa y volvieron a la cama, se acomodaron, y acurrucaron uno junto al otro. Hacia frío, y el sonido de la naturaleza se colaba por la ventana.

- Me siento mal. - Tenía una extraña presión en el pecho.

- Ay, papi. ¿Quieres que llame a alguien?

- No hace falta. - Dijo el.

Pero ella igual llamó. Su hijo menor llegó en menos de 10 minutos, vivía en la casa de al lado. Lo monto en su auto, bajaron la montaña y atravesaron la ciudad.

- Tiene síntomas de infarto. - Una de sus nietas, que había decidido ir con ellos, hablaba con el jefe de emergencias

Lo ingresaron para llevarlo a quirófano. Y el se despidió de su hijo y su nieta.

Antes de llegar a quirófano, sus signos vitales se perdieron, y sus ojos se cerraron una última vez.
Se fue tranquilo, y en paz, uno de los mejores días de su vida. Dejando un enorme vacío en aquel dulce hogar.

La Cantante & El ViolinistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora