Capítulo 3.

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El resto del día transcurrió medianamente normal. El examen no me salió mal del todo asi que para celebrarlo decidimos salir a tomar algo, al Jerry’s como siempre. Para cuando llegué a casa estaba tan cansada que nada más tumbarme en la cama caí en los brazos de Morfeo.

El incesante sonido del despertador me taladraba la cabeza. Otro día más. Me arreglé y sorprendentemente no perdí el autobús. Cuando llegué a clase todavía estaba medio vacía por lo que decidí sentarme a escuchar música.

-¿Está ocupado?- escuché una voz y al alzar la vista me encontré con la misma chica de la biblioteca de ayer.

-¿Eh?- llevaba los cascos y no me había dado cuenta que se refería al asiento de mi lado.- Ah si, claro.

Ella me sonrió y se sentó a mi lado sacando sus cosas.

-Siento haberte molestado ayer, no era mi intención. Solo pensé que…

-No te disculpes, en realidad debería darte las gracias, si no llega a ser por ti no hubiera llegado al examen a tiempo.- le sonreí.

Nos quedamos un rato en silencio hasta que sonó el timbre que anunciaba el comienzo de las clases. Al terminar la clase nos levantamos y me tendió la mano.

-Por cierto me llamo Charlotte, pero me puedes llamar Lottie, todos lo hacen.- dijo sonriendo.

-Nahiana.- dije sacudiendo su mano y correspondiéndole a la sonrisa.- Me tengo que ir pero espero volver a hablar contigo Charl…digo Lottie.

Ella simplemente asintió y sonrió.

Salí al pasillo y me dirigí al gimnasio. Tenía clase de educación física, la cual odiaba. Entré en los vestuarios y no pude evitar fijarme en las chicas que ya había dentro cambiándose. La mayoría me sonaban, me preguntaba si a algunas de ellas sabría quién soy. Algunas me caían bien, pocas diría yo, otras me eran indiferentes y luego estaban ellas. Kelly y el resto de descerebradas, a las cuales odiaba. Eran las personas más egocéntricas y superficiales que había conocido nunca. Eran pocas las veces que había hablado con ellas, pero hubiese preferido que hubieran sido ninguna.

Cuando yo entraba ellas salían no sin antes echarme una mirada de superioridad. Idiotas. Si  bien yo no era una chica con un gran autoestima no dejaba que nada de lo que hicieran ellas me afectara. Ya estaba acostumbrada.

Salí del vestuario un rato después y me acerqué a donde estaba Leah y Taylor. Me extrañó no ver a James junto a ellos.

-¿Y James?- pregunté confundida.

-En casa. Al parecer ha pillado la gripe. Después de clases iré a visitarle un rato.- dijo Leah.

Leah y James llevaban saliendo al menos un año. La verdad es que hacían muy buena pareja. Yo no se que haría si no estuviese Taylor, me sentiría como la que sobra.

La clase trascurrió entre carreras y pelotazos. Yo no era un prodigio en el deporte. Me dí cuenta de que Kelly y su séquito se había pasado la clase junto al grupo de descerebrados mencionado anteriormente. Para ser justos, tengo que decir que un par de ellos no eran de todo desagradables, Max y Luke. El resto no merecía la pena ni saberme su nombre.

Todos pertenecen al equipo de fútbol americano de mi colegio, lo que significa status y popularidad. Menudo cliché. Por supuesto ellas eran animadoras y salían con los jugadores del equipo. Otro cliché.

Llegué a casa más agotada de lo normal pero antes de entrar por la puerta ví un camión de la mudanza en la casa contigua a la mía. Por las cosas que descargaban pude deducir que había al menos un adolescente en esa casa. ¿Quién se iba a mudar cuando llevábamos un mes de curso?

-¿Nahiana?

Crashed. | louis t.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora