ien

37.9K 3.5K 260
                                    

— ¡No puedes faltar, Jiminie!

Bufé. A veces detestaba que mi mejor amigo hiciera planes tan apresurados. Ya no éramos aquellos niños, quienes podían justificar una falta con alguna receta médica. La escuela había sido reemplazada por el trabajo, la tarea ya no se comparaba para nada a los proyectos que se tenían que hacer ahora. Sin embargo, nadie podía resistirse al encanto de Kim Taehyung.

— Iré. Te lo prometo.

— Más te vale. No te perdonaría que faltaras a mi fiesta. —soltó con un tono amenazante— Después de mucho tiempo el abuelo me prestó su casa.

— Lo haré. Pero debo colgar, tengo trabajo. Adiós.

— ¡Está bien! Cuídate.

Colgué. Mi celular resbaló de mis manos cayendo directo a la mesa y haciendo un estruendo realmente fuerte. Como si fuera poco, alguien entró a mi oficina sin siquiera tocar la puerta haciéndome dar un salto del susto. Gruñí al darme cuenta de quien trataba.

— ¿Harás algo este fin? —preguntó sentándose en el sillón frente a mi escritorio.

— Saldré de la ciudad —solté sin siquiera verlo y seguí acomodando algunos papeles. Rió— ¿De qué te ríes?

— ¿Acaso no te has dado cuenta que los papeles están al revés? —maldije en voz baja. Sungwoon reía a carcajadas porque al parecer ver a su amigo en estrés le daba gracia— ¿Te sucede algo?¿Acaso es un chico?

— Es el estrés, necesito dormir es todo.

— Jimin-ah, te conozco lo suficiente para saber que por más que estés cansado siempre das más del cien en el trabajo. —solté todo y llevé mis manos a mi rostro, tratando de despejarme un poco— Cuéntame.

— Mi mejor amigo me ha invitado a su fiesta de cumpleaños.

— ¿Pero..?

— Mi ex novio sigue siendo amigo de varios de mis amigos y es más que claro que asistirá a la fiesta.

— ¿Juyeon? —asentí. Sungwoon chasqueó su lengua— No vayas.

— Tú no conoces a Kim Taehyung. No sabes lo que me haría si llegara a faltar a una de sus fiestas que tiene pinta de que será la mejor de nuestras vidas.

— Es tu mejor amigo, sabe por todo lo que pasaste cuando el hijo de puta te terminó.

— Creí que ya lo había superado y se los dije  —sollocé y me dejé caer sobre mi sillón— por eso sé que lo invitarán. Aparte de que todos creen que nuestra ruptura fue una decisión que hicimos los dos.

— ¿Por qué?

— Eso fue lo que él le dijo a todos, —encogí mis hombros— no quise decirles a mis amigos que fue él quien me terminó, porque mis amigos son sus amigos y ellos llevan más años siendo amigos de lo que yo llevo con ellos.

Solté demasiado rápido que Sungwoon tuvo que tomarse unos segundos para procesarlo. Aún así se mantuvo en silencio hasta que soltamos un suspiro al mismo tiempo. En realidad no había mucho que pensar, pero yo lo hacia difícil. En algún momento de mi vida tenía que volver a encontrarme con el chico que me había terminado con la excusa mas tonta.

— ¿Por qué no llevas a un acompañante?

— No te voy a llevar.

— Ni creerían que somos novios de todas formas. —viró los ojos antes de pararse del asiento. Empezó a caminar por mi oficina con su dedo índice golpeando su labio inferior— ¿Por qué no le pides a un amigo tuyo que sea tu novio? Solo para la fiesta.

— No sé si te habrás dado cuenta que los únicos amigos que tengo en Seúl son los papeles y tú.

Sungwoon chasqueó su lengua por segunda vez y rendido se sentó de nuevo en el sillón frente a mi. Gruñí otra vez y me di un masaje en la cien mientras veía como él movía sus dedos por la pantalla del celular. No le tomé importancia, seguí acomodando los papeles esperando a que se fuera pero volvió a darme un susto cuando gritó.

— ¡Ajá!

— ¡Mierda, Sungwoon-ah! —grité llevando mi mano al pecho en señal de que me había sacado el susto de mi vida. Algunos papeles habían volado de mis manos.

— Más respeto.

Aish, —peiné mi cabello— solo eres un año mayor que yo. Aparte estoy en un rango más alto que tú.

— Como sea —siguió viendo la pantalla de su celular mientras su dedo se deslizaba por esta—, sabía que chicas contrataban a chicos para pasar el día del amor y la amistad juntos, pero no sabía que había agencias para contratar a tu chico ideal.

— ¿Chico ideal? —pregunté. Él asintió y me puso su celular frente a mi. Lo tomé en mi manos y leí lo que aquella página contenía. Reí—: Qué loco.

— Si ¿verdad? —me arrebató el celular y siguió viendo—. Envié tus datos hace unos minutos.

— ¿Qué hiciste que?

— Espero encontremos a tu chico ideal.

fakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora