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Un grito agudo interrumpió la calma en la familia Im, el padre corrió al cuarto de Changkyun con los palillos para cocinar aún en su mano, preocupado, solo para encontrar a su hijo sentado en la cama y luciendo como si hubiera visto un fantasma.

—¿Qué pasó? ¿estás bien?

Hyungwon giró su rostro hacia el hombre desconocido en la puerta y se asustó aún más. Acababa de despertar con una canción de una voz chillona en lo que parecía japonés, canción que obviamente no era su despertador de siempre, y se había encontrado de repente rodeado de muñequitas japonesas por todos lados, en una cama con un colchón demasiado duro para su delicado y preciado cuerpo y además abrazando a una almohada gigante con otra muñequita de esas de anime. ¿La loca esa lo había secuestrado al fin? No recordaba como había llegado a este lugar que claramente no era su casa, pero no estaba atado ni nada y el hombre de gafas no parecía muy intimidante tampoco.

—¿Dónde estoy? ¿Qué es todo esto? —Hyungwon frunció el ceño al escuchar la extraña y gruesa voz que salía de su garganta.

—¿Tuviste un mal sueño? Hijo, aún estás en casa, mejor levántate antes de que se te haga tarde para las clases, estoy cocinando los rollitos de kimchi que te gustan~.

Hyungwon quedó bastante confundido con aquello, hoy no tenía clases ni de mandarín ni de japonés, estaba seguro de ello, además el hombre le hablaba totalmente informal y con mucha familiaridad cuando no recordaba haberlo visto nunca en su vida, ¿estaría teniendo uno de esos sueños extraños?

Con algo de desconfianza se bajó de la cama y salió del pequeño cuarto, encontrando un corto corredor afuera, la casa no parecía muy grande. Caminó con miedo de encontrarse con la sasaeng loca y buscó un baño para orinar, el cual encontró muy fácil al estar la puerta abierta.

Otro grito rompió de inmediato la calma del hogar.

Acababa de ver su reflejo en el espejo y ese no era él. Su perfecta piel estaba llena de horribles cicatrices como cráteres, sus labios rellenos de los que estaba tan orgulloso habían sido reemplazados por unos delgados, sus ojos eran pequeños, horribles, ni siquiera tenía su doble párpado del que tan orgulloso se sentía, todo era terrible, un caos, y por más se pellizcaba la mejilla no despertaba de semejante pesadilla.

—¿Hijo, todo bien? Por qué estás gritando tanto esta mañana, van a llamar los vecinos. —El hombre había vuelto a aparecer por la puerta del baño, mirándolo confundido.

—No, nada está bien, mi cara es horrible, ¿qué diablos son todas estas marcas?

El hombre sonrió. —Ah, ya entiendo, ¿conseguiste novia? Hijo, no te preocupes, quien te vaya a querer lo hará con esas marcas, si no no vale la pena. Lo importante es lo de adentro y eres un chico maravilloso, además, eres muy guapo, ¡no te preocupes!

Hyungwon frunció el ceño, ese idiota parecía no comprender la gravedad de la situación, ¿novia? ¿Eso que tenía que ver?

—Anda, ponte guapo y pasa por mi cuarto, te dejaré usar mi loción, si eso te ayuda a sentirte mejor, a las mujeres le gustan los hombres que huelen rico y masculino.

El adulto lo dejó solo nuevamente, y ahora se sentía muy confundido, necesitaba a Hongsik ahora mismo. Salió corriendo del cuarto para volver a la habitación donde había despertado y buscó el armario para agarrar algo de ropa, pero esto era peor que cualquier pesadilla que hubiera tenido antes, sacó y sacó ropa y solo encontró camisetas viejas y aburridas y un montón de sudaderas, no había nada más, y su cuerpo no podía usar esas telas baratas, ¡vamos, que le irritaban la piel!

Terminó agarrando una sudadera de color negro, unos pantalones con rotos en las rodillas y una gorra para cubrir el desastre de cabello negro. Por suerte encontró sobre la mesita de noche unas gafas redondas que mejoraron su visión borrosa, y considerándose listo y "presentable" salió hacia el resto de la casa que aún no exploraba.

Bittersweet [Hyungkyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora