Capítulo 32 | Logan

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-Logan-

—De ninguna manera vamos a caber ahí —digo, mirando el Jeep atestado de gente.

— ¡Tonterías! —Exclama Layla—, Hannah y yo podemos irnos en las piernas de alguien.

La puerta trasera de abre y un chico se recorre de asiento. —Sube —me dice y puedo notar que está bastante borracho ya.

Trepo al reducido espacio. Apenas me estoy acomodado, cuando escucho la voz de Hannah diciendo—: ¿Qué crees que estás haciendo?

—Voy a sentarme —responde la voz de Layla.

—No vas a sentarte en sus piernas —escupe Hannah y mi corazón comienza a latir a ritmo frenético. ¿Está celándome?

El coche se mueve con el peso de Hannah al subir. Noto el rubor en sus mejillas y la vacilación con la que se detiene. Tiro del dobladillo de su suéter y poso mi mano libre en su cadera, guiándola a sentarse en mi regazo. Todos en el auto charlan y ríen, ajenos a lo que acaba de pasar.

Es lo más cerca que hemos estado en meses y no puedo evitar sentirme ridículamente emocionado. Layla sube por la otra puerta, sentándose sobre el regazo de otro chico. El Jeep avanza por las calles a una velocidad peligrosa, así que aferro mis dedos en las caderas de Hannah, sosteniéndola en su lugar. No quiero que salga disparada en alguna parada en seco.

Cuando llegamos a la playa, soy capaz de visualizar el puñado de autos varados cerca de la costa. La gran mayoría tienen los faros encendidos, iluminando el lugar. La brisa helada me golpea el rostro y siento la nariz entumecida. Está helando; y a pesar de eso, hay parejas dentro del agua, besándose como si no hubiese mañana.

— ¡HANNAH! —grita una voz detrás de mí. Apenas tengo tiempo de girar sobre mi cuerpo, cuando una chica asiática embiste a Hannah, tirándola en la arena.

Mi primer impulso es correr a ayudarla, pero cuando veo que está riendo a carcajadas, abrazando a la figura de la chica sobre ella, me contengo.

— ¡Ashley, por el amor de Dios, casi le partes el cuello! —dice una voz masculina. Por el rabillo del ojo, soy capaz de observar a un chico. Su cabello es demasiado claro para ser natural.

Hannah y la chica se levantan y se sacuden, medio riendo y bromeando. — ¡Ven aquí y abrázame, John! —chilla Hannah. Él camina hasta llegar a ella y envuelve sus brazos en su cintura, levantándola del suelo.

Aprieto mi mandíbula con fuerza, reprimiendo las ganas que tengo de partirle la cara. Cuando por fin se separan, Hannah me mira y me sonríe, radiante. —Logan, ellos son Ashley y John. Mis mejores amigos —dice.

Una sonrisa forzada se dibuja en mis labios, pero John sonríe en mi dirección. — ¡Oh, Dios mío!, ¡es tan caliente, Hannah!, ¿Eres hétero, no es así? —hace una mueca de decepción.

— ¿Q-Qué? —mi ceño se frunce en confusión.

— ¡Dios, John!, ¡no ligues con el novio de Hannah! —chilla Ashley y mis cejas se alzan con incredulidad.

— ¿Eres gay? —pregunto.

Él me guiña un ojo y muerde su labio inferior. Hannah está riendo a carcajadas, pero no puedo dejar de pensar en que ella ni siquiera negó la parte donde su amiga me llamaba su novio.

Hannah me presenta a sus amigos de la preparatoria y comenzamos a beber. Hannah y Ashley no han parado de hablar, mientras que John y yo, no hemos dejado de beber.

Destroy Me | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora