Después de la muerte de Cedric Diggory, Lily Nina Potter que además de ser bruja es semidiosa, debe afrontar esa situación a toda costa, aunque el dolor se lo impida necesita estar preparada para la guerra inminente en sus dos mundo.
Junto a su her...
Eso significaba que en una semana volvería al lugar en donde conocí a Cedric vivió su último momento a mi lado.
Después de la visita disciplinaria de Harry, celebramos toda la noche a pesar de las insistencias de la señora Weasley para ir a la cama. Harry y yo volvimos a dirigirnos la palabra, nuestra relación volvió a ser la misma que antes lo cual me daba alivio, no soportaba no hablar con mi hermano.
Había ayudado a limpiar la casa Black sólo para poder hablar con Fred de lo que había pasado la última vez que estuvimos juntos.
-Así que...- comencé a hablar mientras quitaba una extraña masa rosa de un armario
-Así que...- continuó con una sonrisa altanera- ¿Hay algo que te preocupa, Lily? ¿El hecho de que nos besamos, tal vez?
Del otro lado de la habitación George soltó una gran carcajada que intentó disimular con un ataque de tos. No sentí ningún remordimiento cuando le aventé mi cubeta con todo y cosa rosa.
-¡Ah!- se quejó- ¡Quema! ¡Quema!
Fred y yo nos reímos como hacía mucho tiempo no hacíamos.
Poco a poco nos fuimos quedando callados hasta que el silencio nos invadió por unos minutos.
-Se que tu y Cedric tuvieron algo desde que tu entraste a Hogwarts, -comenzó a hablar Fred- también se que si Cedric no hubiera... que si Cedric aún estuviera con nosotros es posible que los dos estuvieran juntos de nuevo, así que te voy a esperar, lo he hecho desde hace cuatro años y lo haría por mil más, no quiero que te sientas presionada sólo porque nos besamos un par de veces, lo único que te pido es que no juegues conmigo, no soportaría perderte.
Las lágrimas en mis ojos se habían amontonado siendo más difícil poder retenerlas.
-No fueron unos simples besos, Fred,- sonreí- fueron una declaración de amor que debió pasar hace mucho tiempo, pero tienes razón, cuando murió Cedric una buena parte de mí se fue con él dejando una herida que todavía no puede sanar- dije con un nudo en la garganta-, he vivido cosas horribles y de una forma u otra siempre me las arreglo para salir adelante, encontraré un forma. Pero no quiero que te sientas atado mientra sano, porque te amo y no quiero que sufras por mí.
Mi pelirrojo favorito me acercó a su pecho envolviéndome en un fuerte abrazo que no sabía que necesitaba.
-También te amo, ángel.- besó mi cabeza- Y no tienes porque sanar sola esta vez, nos importas a más gente de lo que crees.
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Después de ese momento todo estuvo bien y tranquilo hasta la siguiente reunión de la Orden del Fénix en dónde Dumbledore me puso como tarea ir a Nueva York donde Damon me estaría esperando para ayudarlo con los nuevos miembros de la Orden.
