Frío

2.5K 80 11
                                    

El helado viento del invierno hace bailar sus cortos cabellos que se le escaparon de su gorro de lana rojo.

Su fría mirada se encuentra clavada en aquel bloque de mármol con letras doradas enterrado en el pasto. Transmitía una paz y tristeza que lograban hundirle el pecho con dolor.

— ¿Cuándo va a volved? —El pequeño niño mira a su padre, quién lo tiene cargado en brazos. Aún le costaba hablar correctamente, pero estaba aprendiendo. Solo era cuestión de tiempo y práctica.— Hace fío y está tadando en venid.

— No va a volver tu madre, Tob. —Suspira temblorosamente y aprieta los labios sintiendo una fuerte presión en el pecho. Sus ojos picaban por las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, no las dejaría salir. No quería llorar.

— La voy a extrañad mucho. —Hace un puchero mirando la lápida.

[...]

¡Me voy ahora mismo te guste o no! —Grita a grito pelado completamente cansada mientras suelta lágrimas.—  ¡Y me llevaré al niño conmigo!

Te recuerdo que yo también soy el padre. ¡Es mí hijo! —La agarra de la muñeca con fuerza mirándola molesto, provocándole un gemido de dolor a la mujer.—  Así que te quedas aquí.

Ella intenta liberarse de su fuerte agarre, pero era inútil. Él era más fuerte que ella, pero aún así lo intentaría.

Deja de intentar algo que es inútil. —Bufa y aprieta más su muñeca.—  Así que deja de luchar y cállate que Tobhias está durmiendo. ¿Por qué siempre tienes que ser una estúpida que lo arruina todo? Si obedecieras estaríamos todos felices.

¡Estoy harta de ti y de tu maldito control sobre mí! —Grita llorando aún más que antes y se suelta del agarre, tambaleándose al lograrlo. Intenta agarrarse del respaldar del sofá por reflejo para no caer al suelo, pero no llega.

Carajo. ¡No!

Christopher intenta agarrarla, pero ya es demasiado tarde... Ella se golpea con fuerza la cabeza contra la mesa ratona de vidrio, rompiéndola en miles de pedazos.

La sangre mancha la alfombra y el vidrio roto.

¡Routh! —La carga y la intenta despertar.— Por favor, no me hagas esto. Despierta, vamos. —Apoya la oreja en su pecho para escuchar o sentir algo... Pero no hay nada.

...

Abraza a su hijo, quién grita y llora completamente destrozado por la noticia. Hasta entonces, el niño no entendía y no sabía que ocurría con su madre, pero su padre no podía callar al silencio. No pudo ocultarle la verdad detrás de Routh a su hijo.

¡Quiedo a mi mami! -Grita llorando aferrado a su padre, quien está sentado en una silla de la sala de espera del hospital.

(...)

Solo quería intentar cosas nuevas y nos salió mal, pensó.

— Perdóname, querida... Intentaré cambiar por Tobhias. —Suspira soltando algunas lágrimas antes de comenzar a caminar a la salida del cementerio, tomado de la mano con su pequeño.

Su nueva oportunidad en la vida nació de una dolosora y dulce pasión.

Fin.

【 Dulce Pasión 】©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora