Lo más común eran los azotes aquí. ¿En qué piensas al escuchar BDSM? Golpes es lo primero que se te viene a la cabeza, si bien hay miles de técnicas distintas casi siempre se le asocia con aquello.
La pareja no era una excepción. A él le gustaba verla retorcerse cada vez que el cuero del cinturón golpeaba la piel de sus muslos y espalda de ella, produciéndole un dolor y ardor, que la hacía estremecer.
Era su primera pareja con la que experimentaba este tipo de cosas, así que todo era nuevo y él siempre ideaba planes nuevos que no dejaban de sorprenderla, explayando sus horizontes, así como también sus límites.
— Quieta. Con las piernas separadas, anda.
Ella obedecía, no replicaba. Las primeras veces era tímida, pero luego iba soltándose y hacía lo que a él le gustaba. No era difícil, a él le gustaba una que sea sumisa, callada y obediente.
Al oírlo dar la orden, ella suspira manteniéndose en aquella posición y gime apretando la mandíbula mientras lo mira a los ojos.
En estos encuentros casi nunca intercambiaban palabras, sabían comunicarse con la mirada. Aprendieron a hacerlo luego de varios encuentros, conociéndose y tanteando el terreno.
Luego de una sesión de quince minutos de azotes, ella se queda sentada en la cama viendo cómo él se marcha después de guardar sus cosas. El silencio es interrumpido por el sonido de la puerta cerrarse cuando él sale del cuarto de hotel.
Siempre es así. Placer y despedirse... Nada más.
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【 Dulce Pasión 】©
Short Story꒱ 「❝ 𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑢́𝑛𝑖𝑐𝑎 𝑎 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑛𝑜 𝑚𝑒 𝑐𝑎𝑛𝑠𝑜 𝑑𝑒 𝑚𝑎𝑟𝑐𝑎𝑟.❞」 - ̗̀ | ¿Qué tan lejos llegarías por mantener a quien amas a tu lado? ¿Aguantarías hasta las peores torturas por complacer a quien te salvó del momento más oscuro...
