Con discreción

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Ambos iban en el bus parados porque iba muy lleno y apenas se podían mover. Era muy incómodo.

Ella estaba pegada a él.

No quiero que nadie toque a mi hembra... Es sólo mía, pensaba él.

Se colocó detrás de la menor apoyándose contra ella haciéndole saber que le excita mucho estar con ella.

La muchacha con cautela mete la mano en el pantalón del más alto y le aprieta su masculinidad. Era dura, caliente y enorme. Él mete la mano bajo su vestido y le aparta su tanga, para luego meterle dos dedos con lentitud.


Luego de varios minutos, en silencio y con discreción ambos llegaron al orgasmo.

Ambos regulan su agitada respiración.

— Hay que hacerlo más seguido... —Le susurra perverso en el oído.



【 Dulce Pasión 】©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora