Biscuit | Tony Stark

Arrollame como un río I [winteriron]

— Anthoska... —suspiró agitado Barnes.

La perdición de Stark era enredar sus delgados dedos en el cabello revuelto del soldado. Le encantaba acariciarlo, removerlo, tomarlo fuerte en sus manos y jalarlo a su gusto.

La perdición de James era acariciar cualquier parte de su cuerpo y escuchar el delirio salir de sus labios. Sea acariciar su rostro, su cintura, pasar las manos por sus brazos, apretar sus muslos y marcar sus dedos en ellos.

Los labios de ambos hombres se encontraban hinchados, rojos, babeados pero sobre todo con deseo de seguir probrando los del contrario por más que siguieran lastimandose.

Estaban hambrientos. Sedientos de probar la piel del otro. Morían por tomar el cuerpo del contrario y que éste exclamara gustoso. ¿Hace cuánto no estaban en este estado? Probablemente desde que Bucky había remotado su vida laboral y había dedicido seguir como un soldado (o cómo el lobo blanco según T'challa) y por supuesto, Tony desde que se había juntado con Shuri no había día que no abandonara su taller o hiciera una llamada con aquella chica y su mejor amigo de ciencia para ponerse al día con cualquier actualización o también Shuri enseñándoles y guiandoles con cosas que ella ya sabía pero ese par en su vida se habían tocado con aquello (aunque Tony no lo admitiera).

La habitación parecía que soltaba vapor ya que ambos hombres empezaron a jadear y a sudar, y eso que apenas empezaban. El ambiente empezó a ser cada vez más sofocador y ardiente. Estaba claro que la lujuria y el deseo carnal reinaba en aquella habitación.

— Una noche de estas terminarás por arrancarme el cabello —murmuró riendo James. Dejo un corto beso en los parpados de Anthony antes de continuar —. Pero me encanta que lo sigas jalando a tu gusto.

Anthony sonrío y siguió enredando sus dedos en el cabello de su amante.

La ropa al igual que algunas almohadas y cobijas fueron desapareciendo quedando solamente dos cuerpos desnudos y las sabanas principales.

— Te quiero muchísimo —apenas pudo susurrar cuando James empezó a dejar mordidas en su cuello y parte de su clavícula —. Tanto, tanto, tanto.

Barnes tenía preso a Anthony entre sus brazos y el colchón. La única luz que podía alumbrar sus torsos y parte de sus rostros era gracias a la iluminación del reactor por parte de Anthony, y hablando de su reactor, James acaricio con su mano las cicatrices que rodeaban aquella parte. Y Anthony sonrió sin poder evitarlo.

— Bésame —pidió James.— Necesito que lo hagas.

Anthony paso sus manos por ambos brazos hasta subir al rostro del contrario, antes de hacer lo que le pidió se tomo su tiempo para poder acariciarlo y también pasar sus dedos por su cabello y hacer una caricia que estaba seguro que su novio se ponía cómo un gato cuándo le acariciaba su cabeza de aquella forma. Soltó una risilla al ver que ni habían pasado menos de 6 segundos antes de que empezará James a cerrar sus ojos y casi pareciera que fuera a ronronear gustoso.

— Si sigues acariciándome de esa forma terminaré dormido, ¿lo sabes, no?

— Por eso mismo lo hago, pero me detendré porque en mis planes no está incluido el irnos a dormir ahora mismo. —Anthony dejo de hacer círculos imaginarios con sus dedos enroscados en algunos mechones del solado y mejor las dejo quietas en los hombros del contrario.

James dejo un casto beso en la frente del castaño y prosiguió en bajar sus manos hasta los muslos que se erizaron al momento en que el contacto entre su brazo de metal y el muslo izquierdo de Anthony se rozaron. James se tomo el tiempo de apreciar y acariciar al cuerpo que estaba debajo suyo, siendo así que siguió un camino tembloroso desde el cuello hasta volver a los muslos de Anthony.

— Por favor... —suplicó Anthony causando que James regresara su mirada hacia su chico.— Por favor.

James iba a proceder en seguir con su trabajo hasta que F.R.I.D.A.Y avisó que todos ya habían llegado a la sede.

— Y es aquí cuando me pregunto, ¿cuánto tiempo nos tardamos en quitarnos toda la ropa y acariciarnos? ¿Una hora, tal vez media hora? —antes de que Anthony siguiera hablando James lo interrumpio con un beso rápido en sus labios.

De igual manera se incorporó de nuevo para suspirar y empezar a buscar su ropa qie yacia tirada por toda el suelo de la habitación.

— ¿A donde vas? —preguntó Anthony.

— Tenemos que bajar a saludar. Además, ellos habían planeado salir esta noche. No podemos dejarlos así. 

— Pero yo no quiero ir. Quiero estar aquí contigo. Por favor.

— Anthoska...

Lo pensó dos veces antes de tomar la decisión. Soltó su ropa y le hablo a FRIDAY para darle indicaciones de que está vez ni a Anthony ni a él podrían molestarles, no está noche.

Anthony sonrió victorioso y acomodo sus piernas para que el soldado se acomodará entre ellas.