Capítulo 2

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-- oye, me gusta tu collar -- comentó Alessia luego de haber llegado a una parada de descanso

"Gracias" respondió Lea

No pensaba decírselo a ella, pero había encontrado ese collar en el bolsillo del abrigo de su padre justo antes de que el accidente ocurriera, no llegó a preguntarle para quién era pero su padre se veía algo nervioso cuando ella lo tomó.
Al fallecer él, ella lo guardó para sí, no solo al collar, si no también la información de su existencia, en su interior sabía que era para alguien más, pero siendo lo último que su padre tocó prefirió quedarse con el privilegio de tomarlo.

-- umh sí, muy bonito -- murmuró Markus sin interés.

-- escuchen, ¿Qué les parece si vamos un momento a ese riachuelo de allá? El agua se ve fresca y hace mucho calor -- propuso la más alegre de los tres.

Sin ninguna objeción los otros dos se levantaron y la siguieron colina abajo. Ya habían pasado dos horas desde que esa especie de "rutina" había comenzado: Alessia proponía algo, los otros aceptaban, hacían ese "algo" y la secuencia así se repetía.
A estas alturas, Lea ya estaba impacientándose y lo único que quería era volver de una vez por todas al complejo de cabañas vacacionales donde ella y su pequeña familia se hospedaban.
Iban caminando por un empinado camino intentando llegar a un pequeño riachuelo al pie de la montaña sin resbalarse. Tarea bastante sencilla para Alessia y Markus quienes mantenían sus manos fuertemente unidas para crear un contrapeso, pero no tanto para la tercera en discordia que hacía inútiles intentos de mantener el equilibrio.
En determinado momento, Lea pisó una piedra que estaba suelta y estuvo a segundos de caer por el precipicio a su izquierda si no fuera por una mano que la sostuvo.
La chica miró hacia un costado para encontrarse con nada más y nada menos que Markus sujetándola con firmeza.
-- ten más cuidado -- comentó con una sonrisa antes de dirigirse nuevamente a la otra chica y volver a tomarla de la mano.

Esto no puede ser cierto, Markus me dedicó una... ¿sonrisa real?, no, imposible debo de haberme equivocado, pensó Lea

Al final, llegaron al riachuelo sin otro contratiempo y volvieron a sentarse.
Los intentos inútiles de Alessia por crear una conversación no hacían más que aumentar el ambiente de incomodidad que estaba surgiendo.
Luego de unos minutos Lea se levantó decidida

"Voy a volver, mi madre debe estar preocupada" mintió, ella llevaba consigo su teléfono y había procurado avisarle a dónde iba y con quién antes de dejar el complejo.

Ya estaba completamente harta de ser el mal tercio.
Alessia la miro con algo de duda pero al final asintió y verbalizó lo que ella había expresado para que Markus entendiera.

-- ¿Segura que no quieres que te acompañemos? -- preguntó Alessia algo preocupada.

La chica sólo se limitó a negar con una sonrisa y un "¡No, por favor!" Grabándose en su mente.

Al final, ambos chicos permitieron que Lea fuera sola hasta el recinto, dejando a ésta completamente feliz ya que podría usar el recorrido de vuelta como inspiración para una nueva obra, o... ¿Quién sabe? Tal vez hasta se le ocurriría una nueva palabra que agregar a su lista.
Estaba cruzando por uno de los pequeños ríos que había recorrido en el viaje de ida cuando una de las piedras dejó de ser un soporte para su pie, haciendo que ella se inclinara hacia adelante perdiendo completamente el equilibrio, estaba preparándose para el golpe cuando unos brazos la sujetaron por la espalda.

-- ¿Así que podías sola no? -- preguntó Alessia con sonra.

Lea le sonrió y ambas terminaron de cruzar. Pero, cuando llegaron al final esta vez fue Alessia la que casi se cae y sin querrer se agarró del collar que Lea portaba, cortando la cadena sin ahorcarla de milagro. La pequeña piedrecilla azul que funcionaba como dije voló por los aires cayendo en una piedra a unos metros del lado del riachuelo en el que ellas se encontraban.
Sin perder tiempo, Lea ayudó a Alessia a ponerse en pie y luego corrió a buscarla.
La tomó con suma delicadeza examinándola minuciosamente en busca de la más mínima marca.

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