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Harry al ver que su mejor amigo no le respondía, tomó sus cosas y se fue del salón sin decir nada.

Matt se preguntaba cómo era que que el profesor no le decía nada, tal vez era porque Harry era hijos de los dueños de una importante cadena de supermercados. Probablemente el señor Grant obtenga muchos cupones de descuento por correo.

El pelinegro suspiró y comenzó a ver a los demás chicos en el salón, la pareja gay de siempre, una chica bajita que tenía unas cejas fabulosas, un rubio que estaba dibujando a una castaña que se encontraba en la otra fila, un castaño de ojos verdes con muchos tatuajes que jugaba con un sacapuntas.

Matthew volvió a ver a la pareja, el rubio miraba al teñido como si éste fuera su mundo y el otro chico sólo reía de algo que probablemente había dicho su acompañante. Matt se preguntó cómo sería que Harry lo mirara a él de esa forma, ¿qué se sentiría ser amado por Harry (que no fuera en forma de amistad como lo era ahora)? ¿por qué Harry no podía amarlo tanto como él lo amaba? ¿Qué tenía de malo él?

— Shh Matt.

Matthew salió de sus pensamientos y observo la ventana, Dom lo miraba con el ceño fruncido.

— ¿Qué quieres? — contestó en voz baja mirando al profesor de reojo para notar que éste no lo estaba mirando —, van a regañarme otra vez, vete.

Dominic rodó los ojos.

— Deja de ser tan mariquita, Daddario. ¿Por qué no viniste con Harry? Grant no te hubiese dicho nada.

— Porque yo no soy como Harry, tal vez.

— Toma tus malditas cosas y ven aquí — el rubio dijo amenazante.

— No lo haré, vete.

— Por favor, nos estamos divirtiendo mucho aquí, amigo — Dom sonrío y se dió la vuelta para mirar a donde los demás se encontraban. Katherine se les había unido sentándose en el suelo junto a Emeraude, Harry reía mientras pasaba su brazo derecho por los hombros de Alberto —, Hey, ese es mi novio -grito el chico de ojos azules corriendo a donde se encontraban sus amigos.

Matthew suspiró, ¿qué de malo podría ser? Guardó el cuaderno que había sacado y los lápices, agarró su mochila y camino hasta la puerta, el profesor no despegaba la vista de su celular. Genial, Matt sonrió levemente mientras más se acercaba a la puerta.

El chico apoyó su mano en el pasaporte pero una voz lo interrumpió.

— Daddario, ¿a dónde crees que vas?

mierda.

FRIENDS, shumdario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora