Cuento de hadas

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Aquel día perdimos la inocencia. El abandono, el miedo, el hambre y el frío nos atiborraron los sentidos, como atracón de golosinas.

De un empujón comprendimos que la vida no es un cuento de hadas: el mundo es un lugar peligroso y nadie es lo que parece.

Lo que hicimos no fue un juego.

Quizá has oído de nosotros, nos llaman Hansel y Gretel.

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Relatos impensadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora