5|

1.1K 65 62
                                    

8:40 am.

Tan sólo había llegado, podía notarse su nerviosismo y su exagerada excitación. Corría a su salón, respirando hondo y con las manos temblando, pues claro, había llegado tarde a clases.

—mmmh...— tocó  cuidadosamente la puerta.

— Oh, señor. Usted llego tarde a clases, así que tendrá que esperar.— dijo su anciana maestra, cerrándole la puerta en la cara.

Después de hacer muecas y insultar a la maestra, él quedó en el suelo, esperando...

Abrazando sus piernas escondiendo su cabeza en ellas. Pero pudo escuchar. Escucharlo tan cerca, pero no estaba seguro si era él.

Volteó, a ver con una nerviosa sonrisa, hasta que esta se agrandó, al ver a quien esperaba.

—Hey...— dijo sonríente, pero esta desaparecía cuando vió que ya era tarde para entrar a su aula. El rubio reía, reía felizmente, mientras que el peli negro observaba nerviosa y felizmente al rubio— Pero, ¡mira que gran oportunidad! Mi plan ha funcionado.— sonreía maliciosamente— ¿Qué te parece si nos largamos de aquí, Joey?— extendió delicadamente su mano al peli negro. Joey moría por dentro, era realmente emocionante y le encantaba poder tocar al rubio.

—y... a...¿dónde Vamos?

—Podemos irnos de aquí o ir a la cafetería y comer con los niños de primaria. ¿Qué te parece?...

—e-entonces...— fue interrumpido.

—¡vayamos a comer!— sonrió ampliamente y lo jaló de la mano

Tomados de las manos. Corriendo discretamente, sin que los monitores de pasillo los vieran, burlándose de lo tontos que son al no notarlos.

—ya casi...- susurró.

Se encontraban ocultos, pues, temían de ser vistos por algún maestro.

Tras una larga corrida por los  pasillos, pidieron llegar al comedor. Dónde solo los más pequeños de la escuela almorzaban.

Secundaria almorzaba con mucho desorden y demasiado bullicio y mucha comida por el piso, pero no primaria era el doble.

No había nadie viéndolos que no fueran los niños, las ancianas cocineras tenían una visión que... bueno, tampoco era la mejor.

Costaría pasar por todo el lugar hasta la salida, además un pequeño niño se le había acercado. Corey se agachó hasta estar a la misma altura que el menor.

—hey ¿por qué no estas sentado?— preguntó con un tono tierno para el niño.

— ¿qui-quienes son?— el de pelo castaño preguntó desconcertado y miró sorprendido el cabello de Joey.— ¡Hey!...— llamó la atención de el pelinegro— ¿pu-puedo tocar tu cabello?— preguntó con miedo en sus tiernas palabras.

Joey miró al rubio, a lo que Corey le dio una sonrisa y igualmente el pelinegro se la devolvió.

—claro— respondió sonriente y se agachó hasta la altura del niño.

El pequeño se emocionó y fue corriendo donde sus amigos, y señalar al pelinegro.

Niños y niñas se acercaban a los dos adolescentes, atraídos por el peculiar cabello de Joey y lo grandes que eran ellos dos.

Después de unos cuantos minutos hablando con los niños se centaron en una mesa y empezaron a comer sus pripias meriendas.

—mmm... Fueron muy tiernos con nosotros, además también les gusta tus risos...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 07, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Little Shit  [*JOREY*] |<M-preg>|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora