Capítulo II: "Micca 3"

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El frío intenso que hacia es mañana me calvaba los huesos, como llegándome hasta el tuétano de ellos. La carreta, que llevaba su rumbo hacia quien sabe dónde, no era muy calorífica. Me asome por la ventana circular que se encontraba a un lado mío y pude divisar la belleza del bosque nublado, los pinos eran altos, como gigantes, la inmensidad del espacio por el que transitábamos me propinaba un temor muy peculiar. Las ruedas metálicas chocar contra las rocas de aquella vereda, los pasos apresurados de los caballos que halaban mi transporte y el silencio de la espesura llena vegetación, eran los únicos ruidos que podía escuchar.

—Señorita, ¿se encuentra bien? —Preguntó el lacayo con un tono muy Cortez.

—Bien, gracias Acantos —. Acantos ha trabajado para el palacio durante un largo rato, se ha ganado mi respeto ya que es una persona de la que muchos deberían aprender.

Acantos comenzó a charlar conmigo, pero yo muy pronto me perdí en mis pensamientos. No me gusto en nada haber dejado la escuela (perdón, la "Academia Internacional de Magia del Mundo Mágico Para Personas Mágicas Comprobadas y No Comprobadas" (A.I.D.M.D.M.M.P.P.M.C.Y.N.C.) como nos hace llamarla la directora Pímpenrrel o la "Academia Mágica" A.M. como nosotros la llamamos), porque con un gran chantaje y convencimiento de mis padres, hubiera logrado convencer a ese maldito demonio de dejarme quedar, pero no, preferí ausentarme de ese lugar que solo me ha traído decepciones. Nadie sabe que yo no tengo la dicha de gozar de poderes mágicos, excepto mi abuela Bernie, ¡hay mi abuela!

Tengo una súper relación con mi abuela, ella es increíble, es la única que me entiende y sabe cómo me siento, es la única persona con la que puedo contar, siempre sabe aconsejarme de la mejor Manera y eso yo lo agradezco mucho, gracias a ella me entere de que provengo de una familia de hechiceros.

— ¡HE! ¡HE! He por favor, me dejas sin aire. —Corria Mirella (la chismosa) a alcanzarme para decirme, seguramente, otro de sus muchos cuentos. Sinceramente a mí no me importaba en lo absoluto. Después de un rato de perseguir mi bicicleta, tuve compasión y me detuve para voltear a mirarla.

—¿Qué quieres Mirella? Me llevas persiguiendo como más de 10 cuadras, ya estoy cansada de pedalear tan fuerte. Es increíble cómo no te cansas y lo rápida que eres. —Eso último me lo susurre a mí misma. Regrese mi mirada e ella que intentaba recuperar el aliento, esto debe ser importante. —Dime de una vez lo que necesitas, me molesta que seas tan chismosa.

—¡Ah!, ¿Qué? —reclamó indignada—. Como sea. —Dejo de darle importancia al instante—. Eso no es lo importante ahora.— Podía distinguir en sus ojos la emoción, para darle un poco más de drama paso su brazo por encima de mi hombro, colocó su mirada sobre la mía y dijo: "lo importante ahora, es que acaban de sacar al mercado la Micca 3"

—¿Es enserio? —Dije atónita.

La Micca 3 es la muñeca más increíble del mundo, todas las niñas de mi edad la desean, especialmente yo. Se la pedí a mis padres de regalo de cumpleaños, pero me dijeron que es demasiado costosa y no gastarán en tonterías como esa, mejor me comprarían una nueva bicicleta, mis padres no saben guardar secretos y menos preparar sorpresas. Con su respuesta comencé a ahorrar yo misma, ya que es edición limitada y seguro que se agotará muy rápido, solo que no sabía la rapidez con la que saldría a la venta.

—Esnserio, esta puesta en el exhibidor de la juguetería —La familia de Mirella es ridículamente adinerada, seguramente sus padres se la comprarán muy pronto.

—Creí que la iban a sacar hasta septiembre —Es verdad, Capcom (la empresa de juguetes) dijo que la sacarían iniciando las clases. —¿No era así?

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